
El pasado lunes, el museo Nacional Galería – Museo Alexandros Soutsos de Atenas fue escenario de un ataque a varias obras de arte por parte de Nikolaos Papadopoulos, miembro del pequeño partido de derecha y ultra-religioso Niki, quien previamente había expresado su desacuerdo con las obras exhibidas, acusándolas de ser ofensivas desde un punto de vista religioso. Este incidente ha suscitado un intenso debate sobre la libertad de expresión y el respeto a las creencias religiosas en Grecia.
Según el relato proporcionado por el museo, Papadopoulos, junto con otra persona, destruyó cuatro pinturas que formaban parte de la exposición titulada “El Atractivo de lo Bizarro”. Las obras, creadas por artistas griegos, incluyen caricaturas de iconos y temas religiosos, lo que llevó al legislador a manifestar que estas ofensas eran inaceptables para la ortodoxia cristiana, la religión predominante en el país.
Las acciones de Papadopoulos resultaron en el cierre temporal del museo, que tuvo que rechazar la entrada de visitantes mientras se gestionaba la situación. Posteriormente, la policía detuvo al político por varias horas antes de liberarlo. En sus declaraciones a la prensa, Papadopoulos afirmó: “Retiré cuatro iconos, cuatro iconos blasfemos, y en dos de ellos… el cristal se rompió, nada más”. Esta afirmación remarca su postura de defensa hacia las figuras religiosas, las cuales considera dignas de respeto y veneración.
El museo, por su parte, emitió un comunicado en el que condena de manera rotunda cualquier acto de vandalismo, violencia o censura que atente contra la libertad de expresión garantizada por la constitución griega. La institución también enfatiza la importancia de la diversidad en el arte y la necesidad de un diálogo constructivo sobre temas sensibles.
Este incidente no solo pone de relieve las tensiones existentes entre la libertad artística y la sensibilidad religiosa en Grecia, sino que también abre un debate más amplio sobre el papel de la religión en la esfera pública y su interacción con la cultura contemporánea. La exhibición de obras que abordan temas controvertidos, como los que han sido objeto de la ira de Papadopoulos, se convierte así en un campo de batalla donde se enfrentan diferentes visiones del mundo y las creencias de los ciudadanos.