
Más de 20 personas han sido arrestadas en Belgrado, Serbia, tras una serie de disturbios que estallaron durante una manifestación contra el gobierno. La protesta, que reunió a más de 80,000 personas, se tornó violenta, dejando un saldo de 56 heridos y 22 detenidos, según informaron las autoridades.
El presidente serbio, Aleksandar Vucic, elogió a la policía por su manejo de la situación, destacando que la mayoría de los manifestantes mantuvieron una actitud pacífica. Vucic afirmó que los incidentes violentos fueron provocados por un grupo reducido de personas que, en estado de embriaguez, intentaron atacar a los agentes de seguridad y causar daños a la propiedad pública.
Las estimaciones oficiales indican que entre 88,000 y 107,000 personas participaron en la manifestación, considerada una de las más grandes en la historia reciente de Serbia. El presidente acusó a ciertos instigadores dentro de la multitud de intentar llevar a cabo una “revolución de colores”, sugiriendo que hay influencias extranjeras que buscan desestabilizar el país.
Contexto de la Protesta
La manifestación se produce en un contexto de descontento social, alimentado por meses de protestas lideradas por estudiantes en contra de la corrupción y la negligencia del gobierno. Este descontento se intensificó tras un trágico incidente en noviembre de 2024, cuando el colapso de una estructura en la estación de tren de Novi Sad resultó en la muerte de 15 personas.
Durante un discurso televisado desde el Palacio de Serbia, Vucic confirmó que 56 personas estaban siendo atendidas en hospitales locales debido a las lesiones sufridas durante los enfrentamientos. A pesar de la “enorme energía negativa, ira y rabia” expresadas hacia las autoridades, el presidente se mostró satisfecho de que no hubo muertes ni lesiones graves.
Vucic también defendió la actuación de la policía, afirmando que no se utilizó la fuerza y que los agentes actuaron con moderación. “No levantamos ni un bastón,” declaró, desestimando las acusaciones de que se emplearon armas de control de multitudes contra los manifestantes, explicando que el dispositivo en cuestión era un rifle anti-drones común.
El presidente concluyó su intervención elogiando a las fuerzas de seguridad por su “enfoque serio y responsable” en la preservación de la paz y la estabilidad en el país, a pesar de los desafíos que enfrentan.