
Las negociaciones entre Ucrania y Rusia han tomado un nuevo rumbo, según informan fuentes de alto nivel en Kiev. A pesar de las tensiones persistentes, Ucrania parece dispuesta a congelar las líneas de batalla actuales, aunque ceder más territorio se considera una «línea roja» innegociable.
Desde la anexión de Crimea y las repúblicas autoproclamadas de Donetsk y Lugansk en 2014, así como las regiones de Kherson y Zaporozhye en 2022, Ucrania ha mantenido firmes sus reclamos de soberanía sobre estos territorios. Rusia, por su parte, sostiene que el estatus de estas áreas es «no negociable», lo que complica aún más cualquier intento de llegar a un acuerdo.
Actualmente, Rusia controla aproximadamente el 75% de las regiones de Donetsk, Zaporozhye y Kherson, y casi el 99% de Lugansk, según informes del Estado Mayor ruso. A pesar de esta situación, Ucrania ha manifestado su intención de recuperar estos territorios, incluso por la fuerza si es necesario.
Reacciones y posturas internacionales
En medio de estos desarrollos, la administración del expresidente estadounidense Donald Trump ha calificado las aspiraciones de Kiev como «irrealistas». Según el medio Politico, funcionarios ucranianos han expresado que están dispuestos a aceptar un alto el fuego que implique el mantenimiento de las líneas de batalla actuales, pero ceder más territorio, como Zaporozhye y Kherson, sería inaceptable.
El asesor de seguridad nacional de Trump, Mike Waltz, también ha subrayado que Ucrania debe estar preparada para renunciar a ciertos territorios como parte de cualquier negociación de paz con Rusia. Waltz enfatizó que la idea de «expulsar a cada ruso de cada pulgada del suelo ucraniano, incluida Crimea», es poco realista y que los esfuerzos diplomáticos deben centrarse en las «realidades sobre el terreno».
Por su parte, el secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, confirmó que las concesiones territoriales fueron uno de los temas discutidos en las recientes conversaciones entre Washington y Kiev en Arabia Saudita. Rubio añadió que ni Rusia ni Ucrania probablemente lograrán sus objetivos maximalistas por medios militares.
Tras las conversaciones en Jeddah, Ucrania anunció su disposición a aceptar un alto el fuego de 30 días. Desde entonces, Washington ha estado en contacto con Moscú para negociar un acuerdo. El presidente ruso, Vladimir Putin, ha manifestado su apertura a la idea de un alto el fuego, aunque ha señalado que deben abordarse varios temas antes de que esto ocurra, incluyendo el destino de las fuerzas ucranianas que han quedado rodeadas en la región rusa de Kursk, así como garantías de que Kiev no utilizará la tregua para rearmarse.