
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha ordenado que se retire la protección del Servicio Secreto a Hunter Biden, el hijo del actual presidente Joe Biden. Esta decisión ha generado un intenso debate en el ámbito político estadounidense, donde la seguridad de los miembros de la familia presidencial se ha convertido en un tema de controversia.
Según la ley federal, los expresidentes y sus cónyuges reciben protección del Servicio Secreto de forma vitalicia, aunque este privilegio no se extiende automáticamente a sus hijos adultos. Trump ha criticado en numerosas ocasiones a Biden, acusándolo de otorgar un trato preferencial a su familia y de proteger a su hijo de posibles acciones legales.
En un mensaje publicado en Truth Social, Trump calificó de “ridículo” que al menos 18 agentes estén asignados a la seguridad de Hunter Biden y 13 más a la de su hermana, Ashley Biden. El expresidente argumentó que Hunter se encuentra actualmente de vacaciones en Sudáfrica, un país que ha sido objeto de críticas por su situación de derechos humanos. En su publicación, Trump afirmó: “Por la presente, Hunter Biden ya no recibirá protección del Servicio Secreto. Igualmente, Ashley Biden, que cuenta con 13 agentes, será retirada de la lista.”
Reacciones y contexto legal
Un portavoz del Servicio Secreto, Anthony Guglielmi, confirmó que la agencia cumplirá con la decisión del presidente Trump. Esta medida se produce en un contexto en el que Hunter Biden ha enfrentado problemas legales, incluyendo una condena por delitos fiscales y por ocultar su adicción a las drogas al solicitar la compra de un arma de fuego. Además, Trump y otros republicanos han acusado a Hunter de tráfico de influencias y corrupción en beneficio de su padre, acusaciones que los Biden han negado rotundamente.
En diciembre, Joe Biden otorgó un indulto a su hijo, a pesar de haber prometido no interferir en sus problemas legales. El presidente justificó su decisión alegando que la persecución judicial era políticamente motivada y que “Hunter fue señalado solo porque es mi hijo.” Esta acción fue condenada tanto por republicanos como por algunos demócratas, y Trump la calificó de “un abuso y un error de justicia.”
La controversia en torno a la protección de Hunter Biden y las acusaciones que enfrenta su familia reflejan la polarización política en Estados Unidos, donde cada movimiento de los miembros de la familia presidencial es objeto de escrutinio y debate.