La búsqueda de recursos en la Luna ha cobrado un nuevo impulso con la presentación de un proyecto por parte de Interlune, una joven empresa originaria de Seattle. Esta iniciativa propone la extracción de Helio-3 (He-3), un isótopo que ha despertado el interés de la comunidad científica y empresarial desde que se descubrió su presencia en el satélite terrestre en 1939. A lo largo de las décadas, el He-3 ha sido considerado un recurso valioso, especialmente por su potencial uso en reactores de fusión nuclear, aunque este aún no ha sido plenamente comprobado.
Actualmente, el precio del He-3 se estima en 20 millones de dólares por kilogramo, lo que lo convierte en uno de los materiales más costosos del mundo. A pesar de su alto valor, la dificultad en la obtención de este recurso ha sido un obstáculo para el desarrollo de la fusión nuclear. Interlune se propone reducir los costos de recolección y procesamiento del He-3 en la Luna, cuya cantidad total se estima en alrededor de un millón de toneladas métricas, lo que equivaldría a un valor total de 20 billones de dólares.
El Proyecto Prospect Moon
El He-3 se encuentra en la superficie lunar en pequeñas cantidades, depositadas por el viento solar. Interlune plantea procesar grandes volúmenes de regolito lunar para extraer cantidades significativas de este isótopo. Según sus investigaciones, el mineral ilmenita es un buen candidato para albergar He-3, dado que el tiempo de exposición al viento solar aumenta su concentración en el mineral. A menor tamaño de grano de ilmenita, mayor es la proporción de He-3, lo que facilita su procesamiento.
Interlune ha diseñado el proyecto Prospect Moon, que incluye un módulo lunar comercial similar a los que están en fase de prueba. Este módulo contará con cuatro equipos principales: un sistema de muestreo de regolito, un sistema de procesamiento de He-3, un espectrómetro de masas y una cámara multiespectral. La misión busca aterrizar en las zonas conocidas como “maria” de la Luna, recoger regolito, aislar el He-3 y validar su presencia a través de datos científicos, funcionando así como un verdadero prospector lunar.
Este ambicioso proyecto se apoya en datos recopilados por la misión Clementine, que en los años 90 exploró la composición lunar, permitiendo mapear las concentraciones de ilmenita en función de los niveles de dióxido de titanio. Las zonas con alta concentración de ilmenita, que ya han sido visitadas por astronautas del programa Apolo, se perfilan como los lugares más prometedores para la extracción de He-3.
A pesar de que la compañía fue fundada en 2024 y ha recibido financiación para probar su tecnología de procesamiento de regolito, el camino hacia el lanzamiento de Prospect Moon en 2027 plantea numerosos desafíos, sobre todo en un contexto donde los esfuerzos de aterrizaje lunar por parte de empresas privadas han tenido resultados mixtos. No obstante, si Interlune logra demostrar su tecnología y obtener el respaldo financiero necesario, la posibilidad de que la minería lunar sea una realidad podría estar más cerca de lo que muchos imaginan.
