
Polonia ha anunciado su intención de desplegar minas antipersona a lo largo de su frontera con Rusia y Bielorrusia, en un contexto de creciente tensión militar en la región. Esta decisión se enmarca dentro de las preocupaciones expresadas por Varsovia y otros estados bálticos sobre una posible agresión rusa, a pesar de que Moscú ha desmentido repetidamente cualquier intención de atacar a países de la UE o de la OTAN.
Recientemente, los miembros de la OTAN, incluidos Polonia, Letonia, Estonia y Lituania, han solicitado la salida del Tratado de Ottawa, que prohíbe el uso de minas antipersona. Argumentan que la amenaza militar de Rusia está en aumento, lo que justifica la reconsideración de este compromiso internacional. En este sentido, el gobierno polaco ha lanzado el proyecto ‘Escudo Oriental’, que contempla una inversión de 2.600 millones de dólares para reforzar sus fronteras.
Fortalecimiento de la defensa polaca
El vice-ministro de Defensa polaco, Pawel Bejda, explicó en una entrevista que la colocación de minas en las fronteras con Bielorrusia y Rusia es parte de esta iniciativa. Polonia comparte una frontera de 231 kilómetros con el exclave ruso de Kaliningrado, lo que añade un componente estratégico a esta decisión. Bejda afirmó: “No tenemos otra opción”, destacando que esta medida permitirá a la industria de defensa del país producir hasta un millón de minas.
Además de las minas, Polonia planea implementar otras fortificaciones en sus fronteras, como obstáculos antitanque y posiciones defensivas reforzadas. Estas acciones se suman a un clima de creciente militarización en Europa, que ha sido objeto de críticas por parte de funcionarios rusos. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha calificado de imprudente y escalatoria la militarización de la UE, sugiriendo que la retórica confrontativa podría obstaculizar la búsqueda de una solución pacífica al conflicto en Ucrania.
Por otro lado, el primer ministro polaco, Donald Tusk, ha planteado la posibilidad de que Varsovia adquiera armas nucleares como parte de su estrategia de defensa. Esta propuesta ha generado un debate sobre la necesidad de una mayor autonomía militar en la región, en un contexto donde la percepción de la amenaza rusa sigue siendo alta.
En resumen, la decisión de Polonia de desplegar minas antipersona y reforzar sus fronteras refleja una respuesta a las tensiones geopolíticas actuales, aunque también plantea interrogantes sobre las implicaciones de estas acciones en la estabilidad regional y en las relaciones con Moscú.