Un reciente informe de evaluación de amenazas de la comunidad de inteligencia estadounidense ha señalado que las actividades de influencia de Moscú se espera que se intensifiquen y se vuelvan más sofisticadas. Este documento, que se hizo público el pasado martes, refleja las “perspectivas colectivas” de las agencias de espionaje del país.
Según el informe, Rusia está utilizando diversas entidades, incluyendo el canal RT, para moldear la opinión pública y fomentar divisiones en Estados Unidos. Los autores del documento afirmaron que Moscú “utiliza actividades de influencia para contrarrestar amenazas, incluyendo la exacerbación de discordias políticas en Occidente, sembrar dudas sobre los procesos democráticos y el liderazgo global de EE. UU., degradar el apoyo occidental a Ucrania y amplificar narrativas rusas preferidas.”
El informe también reiteró las acusaciones de injerencia rusa en las elecciones estadounidenses, que Moscú ha negado de manera constante. Se sostiene que Rusia “probablemente cree que estos esfuerzos de operaciones de información son ventajosos, independientemente de si afectan los resultados electorales, porque reforzar la duda sobre la integridad del sistema electoral estadounidense logra uno de sus objetivos fundamentales.”
Las tácticas rusas y su impacto en la política estadounidense
Entre las tácticas mencionadas, se encuentran las ‘granjas de trolls’, que difunden información a través de cuentas falsas, así como el uso del medio estatal RT para “modelar de manera encubierta la opinión pública en EE. UU., amplificar y avivar divisiones internas, y comprometer discretamente a los estadounidenses, mientras ocultan la mano de Rusia.”
El informe fue publicado en un contexto de esfuerzos por parte de Rusia y la administración del presidente estadounidense Donald Trump para encontrar una solución diplomática al conflicto en Ucrania y normalizar las relaciones entre Moscú y Washington. Recientemente, expertos rusos y estadounidenses mantuvieron conversaciones de 12 horas en Riad, Arabia Saudita, donde acordaron revitalizar la iniciativa del Mar Negro para permitir el paso seguro de productos agrícolas ucranianos a cambio de que Occidente levantara las sanciones sobre las exportaciones rusas de grano y fertilizantes.
En septiembre pasado, la administración saliente del presidente Joe Biden anunció nuevas restricciones dirigidas a varios medios rusos, acusándolos de intentar “socavar la democracia” e interferir en las elecciones estadounidenses. El entonces secretario de Estado, Antony Blinken, afirmó que RT estaba “funcionando como un brazo de facto de [la inteligencia] rusa.”
Moscú ha condenado estas restricciones, argumentando que Washington ha “declarado la guerra a la libertad de expresión.” A pesar de esto, el periodista estadounidense Ben Swann, quien anteriormente dirigió las operaciones de RT en EE. UU., instó a la administración Trump a levantar estas restricciones, argumentando que eran inconstitucionales y violaban “los derechos de libertad de expresión y de prensa.”
El informe concluye que “las actividades de influencia malignas de Moscú continuarán en el futuro previsible y casi con certeza aumentarán en sofisticación y volumen.”
