
El deshielo del permafrost en el Ártico representa un desafío creciente para la infraestructura en Alaska, una región donde el cambio climático está causando estragos. Investigaciones recientes han puesto de manifiesto que la degradación del permafrost no solo afecta al medio ambiente, sino que pone en riesgo la seguridad de las comunidades que dependen de una infraestructura sólida y confiable.
Evaluación de riesgos mediante tecnología avanzada
Un equipo de investigadores de la Universidad de Connecticut ha desarrollado un método innovador que combina imágenes satelitales de alta resolución y aprendizaje profundo para mapear la infraestructura de Alaska y evaluar con mayor precisión los riesgos económicos relacionados con el deshielo del permafrost. Este avance, publicado en la revista Communications Earth & Environment, busca llenar un vacío crítico en el conocimiento sobre cómo el calentamiento global impacta la construcción y mantenimiento de edificios, carreteras y otros elementos esenciales para la vida diaria.
El profesor asistente Chandi Witharana, uno de los líderes del estudio, señala que el objetivo principal es abordar la falta de datos precisos sobre la infraestructura en el Ártico. «No teníamos la información necesaria para realizar análisis críticos sobre el riesgo económico», afirma Witharana, subrayando la urgencia de comprender qué está en juego a medida que las temperaturas locales siguen aumentando.
Elias Manos, estudiante de doctorado y coautor del estudio, advierte sobre la importancia del permafrost como base estructural. A medida que este se descongela, las fundaciones de los edificios se ven comprometidas. «Cuando la temperatura del permafrost comienza a aumentar, las pilas comienzan a moverse, lo que provoca una pérdida de capacidad portante», explica. Este fenómeno también afecta a las infraestructuras de transporte, con el hundimiento del terreno como un riesgo significativo.
Las estimaciones anteriores sobre los riesgos de desastres se basaban en datos de OpenStreetMap, una base de datos geoespacial ampliamente utilizada que depende de voluntarios para su actualización. Sin embargo, Manos destaca que la información sobre la infraestructura en el Ártico es insuficiente. «El 47% de la infraestructura estaba ausente en OpenStreetMap, lo que revela las limitaciones de este recurso», señala.
Impacto económico y la necesidad de acción
Con la nueva metodología, los investigadores han duplicado la cantidad de datos disponibles sobre la infraestructura de Alaska, lo que ha llevado a la proyección de que los costos de daños por el deshielo del permafrost podrían duplicarse bajo escenarios de emisiones medias y altas para el año 2050. Este incremento en los costos pone de manifiesto la necesidad urgente de que el gobierno federal reconozca el deshielo del permafrost como un peligro natural, lo que facilitaría el acceso a fondos de ayuda para desastres en Alaska.
Anna Liljedahl, colaboradora del estudio, enfatiza que Alaska está rezagada en términos de preparación de datos geoespaciales. «Los mapas son clave para las evaluaciones y la planificación», afirma, sugiriendo que la comunidad investigadora puede desempeñar un papel fundamental en la creación de datos que permitan a las comunidades prepararse para futuros desafíos climáticos.
En conclusión, el trabajo de este equipo de investigadores no solo es un avance en la ciencia geoespacial, sino que también se convierte en un llamado a la acción para que se tomen medidas proactivas en la gestión de los riesgos asociados con el cambio climático en Alaska. Con el apoyo adecuado, estos hallazgos podrían ser cruciales para asegurar un futuro más resiliente para las comunidades del Ártico.