Las violentas tormentas que han azotado el centro y este de Estados Unidos han dejado un trágico saldo de al menos 17 muertos, según informaron las autoridades este domingo. El Servicio Nacional de Meteorología ha emitido advertencias sobre «devastadoras» inundaciones repentinas que continúan afectando a varias regiones del país.
Las advertencias por inundaciones se mantienen activas, particularmente en los estados de Kentucky, Tennessee y Alabama. Tennessee ha sido el más afectado, con 10 muertes registradas en su parte occidental. Kentucky y Missouri reportan dos fallecidos cada uno, mientras que Arkansas, Indiana y Mississippi cuentan con un muerto cada uno, cifras que podrían aumentar en las próximas horas.
Impacto de las Tormentas
La devastación es palpable en localidades como Jeffersontown, Kentucky, donde numerosos edificios han sido destruidos por un tornado, según un corresponsal de AFP. Las imágenes compartidas en redes sociales y medios locales muestran daños generalizados: viviendas desmanteladas, árboles caídos, líneas eléctricas derribadas y vehículos volcados.
El Servicio Nacional de Meteorología advirtió que «aún persiste la amenaza de fuertes lluvias e inundaciones repentinas en algunas áreas del sureste y la región del Golfo de México durante esta noche». El gobernador de Kentucky, Andy Beshear, comunicó a través de las redes sociales que «las inundaciones han alcanzado niveles récord en muchas comunidades» y pidió a los residentes que eviten viajar y nunca conduzcan a través del agua.
La situación se ha complicado aún más con casi 140,000 clientes sin suministro eléctrico en cinco estados afectados, de acuerdo con el sitio de seguimiento PowerOutage.us. Este fenómeno extremo es un recordatorio de la creciente intensidad de los desastres naturales, un hecho vinculado por muchos científicos a la alteración de los patrones climáticos y del ciclo del agua, atribuida en gran parte al calentamiento global.
El año pasado marcó un récord de altas temperaturas en Estados Unidos, donde el país también sufrió una serie de tornados y huracanes destructivos. Estos eventos extremos no solo ponen en riesgo la vida humana, sino que también exigen una reflexión profunda sobre la relación entre el cambio climático y la necesidad de adoptar medidas más efectivas para mitigar sus efectos.
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