Un reciente estudio ha revelado un cambio significativo en las fuentes de contaminación por óxidos de nitrógeno (NOx) en el centro de Londres, identificando a las calderas de gas utilizadas para la calefacción como el principal contribuyente. La investigación indica que la combustión de gas natural en estas calderas representó el 72% de las emisiones de NOx en un radio de pocos kilómetros alrededor de la Torre BT entre 2021 y 2023.
Los hallazgos destacan el éxito de las intervenciones en el transporte, tales como la Zona de Bajas Emisiones de Londres y la Zona de Ultra Bajas Emisiones (ULEZ), las cuales han contribuido de manera significativa a la reducción de las emisiones de NOx procedentes de los vehículos. Se estima que las emisiones por parte de estos últimos en el centro de Londres han disminuido en aproximadamente un 73% entre 2016 y 2025, gracias a la creciente presencia de vehículos Euro 6 y coches eléctricos.
Implicaciones para la calidad del aire
El estudio, publicado en la revista Environmental Science & Technology, fue liderado por el profesor James Lee, experto en química atmosférica en la Universidad de York. Según Lee, “nuestra investigación pone de manifiesto cuánto han mejorado las emisiones de NOx procedentes del transporte, pero también el desafío que aún tenemos por delante para eliminar la combustión en las ciudades”. Además, subrayó que si bien el cambio de gas a bombas de calor se enmarca principalmente en los beneficios de descarbonización, también supondría una mejora considerable en la calidad del aire.
El doctor Sam Cliff, quien realizó la investigación durante su doctorado en York y actualmente se encuentra en Estados Unidos, advirtió que “sin acciones sobre las calderas de gas, podría ser difícil para el centro de Londres cumplir con los valores guía de NO2 de la OMS (2021), sin importar cuán limpia sea la flota de vehículos”.
El estudio identificó la fuente de la contaminación mediante el análisis de la relación entre NOx y CO2, que varía entre el tráfico y las calderas, utilizando mediciones tomadas desde la Torre BT. Los investigadores también señalaron que, aunque se han introducido calderas de menor emisión, la transición hacia bombas de calor es probablemente la solución más efectiva a largo plazo, a pesar de los retos económicos actuales asociados con su adopción generalizada.
Se observa que las calderas industriales y no domésticas, que son más grandes que las de los hogares privados, son los principales contribuyentes en el centro de Londres, que no es una zona altamente residencial. Esto resalta la importancia de abordar la contaminación por fuentes fijas en áreas urbanas densamente pobladas.
