Un reciente informe del gobierno ruso ha revelado que el país cuenta con vastos recursos energéticos que podrían perdurar durante décadas. Según el documento titulado “Estrategia Energética de Rusia hasta 2050”, aprobado por el primer ministro Mikhail Mishustin, Rusia posee reservas de petróleo, gas natural y carbón que aseguran su posición como uno de los principales productores de energía a nivel mundial.
Reservas de recursos energéticos
El informe destaca que Rusia tiene más de 31 mil millones de toneladas de reservas probadas de petróleo, lo que equivale a más de 65 años de producción al ritmo actual. Esto sitúa al país en el tercer lugar a nivel global en cuanto a reservas de petróleo y en el segundo en producción, representando el 10% del suministro mundial. Además, se estima que existen recursos no explotados que podrían sostener la producción de petróleo y condensados en al menos 540 millones de toneladas anuales, lo que permitiría a Rusia adaptarse a las fluctuaciones en la demanda global.
En el ámbito del gas natural, Rusia lidera el mundo con 63,4 billones de metros cúbicos de reservas, siendo también el segundo mayor productor, aportando el 16% de la producción global. Estas reservas son suficientes para cubrir la producción durante un siglo. Por su parte, los recursos de carbón del país se estiman en 272,7 mil millones de toneladas, lo que garantizaría más de 500 años de suministro a los niveles de producción actuales, posicionando a Rusia en el quinto lugar en reservas de carbón y en el sexto en producción.
Rusia también juega un papel importante en el sector del uranio, con 705,000 toneladas de reservas, lo que la convierte en la cuarta mayor reserva a nivel mundial y representa el 5% de la producción global. Estas reservas son fundamentales para el funcionamiento estable del sector de energía nuclear del país.
El informe también menciona que la creciente demanda de litio, níquel, tierras raras, aluminio y otros metales abrirá “nuevas oportunidades” para el desarrollo eficiente de la base de recursos minerales de Rusia. La estrategia energética incluye pasos para acelerar proyectos de infraestructura y crear condiciones que permitan redirigir las exportaciones de petróleo, gas y productos refinados hacia nuevos mercados “amigables”.
Entre los planes se contempla la expansión de la capacidad de transbordo en puertos del Ártico y de Extremo Oriente a través de la Ruta Marítima del Norte. El documento también aborda escenarios de estrés, como un cambio global más rápido hacia las energías renovables para 2050, aunque se considera que el riesgo es bajo, dado que esto requeriría una reducción del 20% en el uso de energía y triplicar la inversión en alternativas, lo que supondría una carga significativa para los consumidores y la economía mundial.
Finalmente, el informe enfatiza que se espera que los combustibles fósiles sigan siendo la columna vertebral del suministro energético global al menos hasta 2050. El gas natural licuado se proyecta como un componente cada vez más importante en el comercio global debido a su logística flexible, lo que intensificará la competencia en el mercado.
