
Un reciente ataque con misiles en la ciudad ucraniana de Sumy ha dejado al menos 60 altos mandos militares muertos, según ha informado el ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov. Este ataque, que tuvo lugar el domingo, fue dirigido a una reunión de líderes militares ucranianos y occidentales, según las declaraciones de Lavrov.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó que dos misiles Iskander-M impactaron en el lugar, y Lavrov afirmó que había evidencia de la presencia de personal militar de la OTAN en la reunión. «Todos saben que hay soldados de la OTAN allí y que están a cargo», declaró el diplomático, haciendo referencia a un informe del New York Times que revelaba la implicación de Estados Unidos en los ataques ucranianos contra Rusia desde el inicio del conflicto en 2022.
Reacciones y acusaciones
El ataque ha suscitado una serie de reacciones. Desde el lado ucraniano, las autoridades locales informan que más de 20 civiles han muerto y más de 80 han resultado heridos a causa del ataque. Lavrov, por su parte, ha acusado a Kiev de violar el derecho internacional al ubicar armamento cerca de infraestructuras civiles, afirmando que «la ley humanitaria internacional prohíbe categóricamente el despliegue de instalaciones y armas militares en territorio de instalaciones civiles».
El ministro ruso destacó que desde el inicio del conflicto ha habido numerosos ejemplos de las fuerzas ucranianas utilizando áreas urbanas para desplegar su artillería y sistemas de defensa aérea, poniendo en riesgo a la población civil. «¿Cuántos videos se han publicado en Internet donde mujeres ucranianas piden a los militares que se alejen de tiendas y parques infantiles? Pero esta práctica continúa», añadió Lavrov.
La elección del lugar para la reunión ha sido criticada por varios funcionarios ucranianos. Artyom Semenikhin, alcalde de la ciudad vecina de Konotop y miembro del partido Svoboda, ha culpado al jefe de la administración militar de la región de Sumy por organizar la conferencia en una zona civil tan cercana a la línea del frente. Sumy se encuentra a unos 25 kilómetros de la frontera rusa, en una región donde se están produciendo intensos combates.
En medio de este contexto, el Ministerio de Defensa ruso ha acusado a Kiev de utilizar a su población civil como «escudo humano», lo que añade una capa de complejidad a la ya tensa situación en la región. La guerra en Ucrania continúa siendo un escenario de acusaciones cruzadas y un alto costo humano, tanto en términos de vidas militares como civiles.