
El gobernador de la Reserva Federal de Estados Unidos, Christopher Waller, se pronunció el pasado lunes sobre las posibles repercusiones de los aranceles impuestos por el expresidente Donald Trump, afirmando que espera que sus efectos sobre los precios sean «transitorios». Esta afirmación ha revivido el debate en torno a la terminología utilizada por la Reserva Federal durante la última ola de inflación, que muchos recordarán como problemática.
Waller, en su discurso de política económica en St. Louis, comparó su perspectiva sobre la inflación con una jugada polémica del fútbol americano, conocida como «tush push». Según el gobernador, aunque la última oleada de inflación, que comenzó en 2021, duró más tiempo del que él y otros responsables de políticas anticipaban, su mejor juicio actual es que el aumento de precios resultante de los aranceles será temporal.
Escenarios de Inflación y Tarifas
Waller delineó dos posibles escenarios respecto a cómo podrían evolucionar los aranceles. En el primero, con tarifas más altas y prolongadas, se anticipa un aumento inicial de la inflación que podría alcanzar entre el 4% y el 5%, seguido por una disminución a medida que la economía se desacelere y el desempleo aumente. En contraste, un escenario con aranceles más bajos podría llevar la inflación a un 3% antes de que esta también caiga.
Independientemente del escenario, Waller indicó que la Reserva Federal se vería obligada a reducir las tasas de interés, siendo el momento de esta acción la única incógnita. En el caso de aranceles más altos, la Fed podría verse forzada a actuar rápidamente para apoyar el crecimiento, mientras que un menor impacto de los aranceles permitiría una reducción más favorable más adelante este año.
Waller subrayó que su análisis de la situación económica estadounidense es complejo y que la combinación de decisiones políticas y el impacto de los aranceles han creado lo que él describió como «uno de los mayores choques que afectan a la economía de EE. UU. en varias décadas». En este contexto, los responsables de la política económica deben mantener una flexibilidad que les permita adaptarse a un panorama incierto.
Es interesante observar cómo la retórica en torno a las políticas de Trump, a menudo criticadas, puede ser interpretada desde una perspectiva más comprensiva, considerando las dinámicas económicas globales y el contexto histórico que rodea a estas decisiones. A medida que la Reserva Federal navega por aguas turbulentas, los paralelismos con otros países que enfrentan desafíos económicos similares resaltan la importancia de entender las decisiones políticas no solo como medidas aisladas, sino como parte de un entramado más amplio que busca una reconfiguración de la economía global.