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El misterio de los meteoritos: ¿Por qué escasean los chondritas carbonáceos en la Tierra?

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abril 15, 2025

Los meteoritos son piezas clave para entender la historia temprana de nuestro sistema solar. Estos antiguos rocas, que sobreviven a una intensa caída a través de la atmósfera terrestre, ofrecen una ventana única hacia los orígenes del agua y la vida en la Tierra. En particular, se destacan los meteoritos conocidos como condritas carbonáceas, que son considerados los más primitivos y están compuestos por agua, carbono y compuestos orgánicos.

Las condritas carbonáceas contienen agua hidratada, lo que significa que el agua está fijada en estructuras cristalinas dentro de las rocas. Los científicos sostienen que estos meteoritos jugaron un papel crucial en el suministro de agua a la Tierra primitiva. Sin embargo, a pesar de que se estima que más del 50% de los meteoritos deberían ser carbonáceos, menos del 4% de los meteoritos encontrados en nuestro planeta pertenecen a esta categoría. Este desajuste ha planteado un enigma en la comunidad científica.

Misiones de retorno de muestras

La investigación sobre estos antiguos meteoritos ha impulsado el desarrollo de misiones espaciales de retorno de muestras. Las misiones OSIRIS-REx de la NASA y Hayabusa2 de la JAXA han proporcionado información valiosa sobre asteroides ricos en carbono. Estas misiones han permitido a los científicos estudiar muestras no alteradas de asteroides, facilitando un análisis más detallado de su composición y ayudando a comprender la historia de nuestro sistema solar.

Mientras que los meteoritos encontrados en la Tierra pueden ser alterados por el clima y la biología, las muestras recuperadas de asteroides representan material primordial y frágil que ofrece una visión directa de los bloques de construcción de nuestro sistema solar y de la vida.

Históricamente, se pensaba que la atmósfera de la Tierra filtraba el material carbonáceo, ya que estos meteoritos suelen ser más débiles y quebradizos, lo que les dificulta sobrevivir a la intensa presión y temperaturas que experimentan al entrar en la atmósfera. La mayoría de los meteoritos se originan tras colisiones entre asteroides, que producen fragmentos de rocas que pueden eventualmente caer a la Tierra.

Sin embargo, un equipo de investigadores ha utilizado redes de observación de meteoros y bolas de fuego para estudiar la composición de estos objetos. Se estima que cada año aterrizan en la Tierra alrededor de 5,000 toneladas de micrometeoritos y entre 4,000 y 10,000 meteoritos grandes. Con el avance de la tecnología, las cámaras digitales y los sensores de alta sensibilidad han permitido un monitoreo continuo y eficiente del cielo nocturno.

Los análisis de los impactos de meteoroides han revelado que muchos fragmentos de asteroides no llegan a la Tierra. Un hallazgo sorprendente indica que el material carbonáceo, que no es muy duradero, puede descomponerse debido al estrés térmico cuando su órbita se acerca al sol. Esta fragmentación se traduce en una reducción significativa de los meteoritos carbonáceos que finalmente logran atravesar la atmósfera terrestre.

En lugar de atribuir la escasez de meteoritos carbonáceos únicamente a la atmósfera, las investigaciones sugieren que una parte considerable de la eliminación de estos materiales ocurre aún en el espacio. Así, el futuro de la investigación podría beneficiarse de nuevos avances científicos que permitan identificar con mayor precisión las composiciones de los meteoroides y comprender mejor cómo se fragmentan en la atmósfera.

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