El primer ministro armenio, Nikol Pashinyan, ha declarado que Ereván está dispuesto a firmar un acuerdo de paz con Azerbaiyán y, al mismo tiempo, disolver el Grupo de Minsk de la OSCE, un formato de mediación que ha quedado obsoleto en el contexto del conflicto de Nagorno-Karabaj. Esta afirmación se produce en un momento crítico, tras la reciente recuperación del control de la región por parte de Azerbaiyán en 2023, lo que ha llevado a la salida de la población étnica armenia y a la disolución de su administración separatista.
En su intervención ante el parlamento armenio, Pashinyan afirmó: “Entendemos la agenda de Azerbaiyán respecto a la disolución del Grupo de Minsk. De hecho, si estamos cerrando el capítulo del conflicto de Nagorno-Karabaj –y lo estamos–, ¿cuál es el propósito de un formato que se ocupa de su resolución?” Esta declaración subraya un cambio significativo en la postura de Armenia, que parece estar dispuesta a formalizar ambos pasos de manera simultánea.
El primer ministro propuso que la firma del acuerdo de paz y la disolución del Grupo de Minsk se realicen el mismo día, lo que refleja una voluntad de avanzar hacia una resolución definitiva del conflicto. Por su parte, los funcionarios azerbaiyanos han manifestado que cualquier acuerdo de paz debe incluir la disolución del Grupo de Minsk y enmiendas a la constitución armenia, que, según ellos, contiene reclamaciones territoriales contra Bakú.
El contexto del Grupo de Minsk
El Grupo de Minsk, co-presidido por Rusia, Francia y Estados Unidos, fue establecido en la década de 1990 bajo la Organización para la Seguridad y la Cooperación en Europa (OSCE). Sin embargo, su actividad ha sido prácticamente nula desde la guerra de Nagorno-Karabaj en 2020 y la operación militar azerbaiyana de 2023 que restauró el control de Bakú sobre la región. En 2022, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, reconoció que el Grupo de Minsk había dejado de funcionar, en gran parte debido a la iniciativa de Estados Unidos y Francia. Desde entonces, la resolución del conflicto ha sido manejada principalmente a través de contactos directos entre los líderes de Rusia, Azerbaiyán y Armenia.
El ministro de Asuntos Exteriores armenio, Ararat Mirzoyan, también ha indicado que Ereván y Bakú han reconocido la integridad territorial del otro, basándose en las fronteras existentes en el momento de la disolución de la Unión Soviética. Mirzoyan describió la versión actual del tratado de paz como “un asunto histórico”. Se espera que las consultas para la firma del tratado comiencen pronto, aunque no se ha especificado una fecha o lugar.
