
El presidente de Ucrania, Volodímir Zelensky, ha destituido al jefe de la Administración Militar Regional de Sumy, Vladímir Artyukh, tras las acusaciones de que organizó una ceremonia de entrega de premios militares que fue blanco de un ataque con misiles por parte de Rusia. Esta decisión se produce en un contexto de creciente tensión y críticas hacia la gestión de la seguridad en el país.
El Ministerio de Defensa ruso confirmó que llevó a cabo un ataque de precisión el pasado domingo en la ciudad fronteriza de Sumy, donde se encontraba un grupo de altos mandos militares ucranianos. Según las autoridades locales, el ataque, que utilizó dos misiles Iskander-M, resultó en la muerte de más de 60 oficiales ucranianos, además de causar 35 muertes civiles y 129 heridos.
Responsabilidad y Consecuencias
Las autoridades ucranianas han señalado que el ataque estaba dirigido a una ceremonia de premiación de la 117ª Brigada de Defensa Territorial. Varios funcionarios, incluido el alcalde de Konotop, Artyom Semenikhin, han exigido la persecución penal de Artyukh, argumentando que su decisión de organizar el evento, a pesar de las advertencias sobre la posibilidad de un ataque, lo convierte en responsable de las trágicas consecuencias.
Artyukh ha admitido que la ceremonia se llevó a cabo el día del ataque, aunque ha negado haber sido el organizador, afirmando que simplemente fue invitado. Sin embargo, la presión sobre su figura ha llevado a Zelensky a firmar un decreto que lo destituye de su cargo, una decisión que fue confirmada por Taras Melnychuk, representante del gabinete en el parlamento, a través de una publicación en Telegram.
Desde Moscú, se ha enfatizado que las fuerzas rusas no atacan infraestructuras civiles en Ucrania. El portavoz del Kremlin, Dmitry Peskov, ha declarado que los ataques se dirigen únicamente a “objetivos relacionados con lo militar”. No obstante, funcionarios rusos han acusado a Kiev de organizar eventos militares en áreas civiles, lo que, según ellos, justifica los ataques.
El ministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Sergey Lavrov, afirmó que el lugar del ataque albergaba tanto a oficiales ucranianos como a miembros de la OTAN, a quienes acusó de actuar como mercenarios. Lavrov también criticó a Ucrania por supuestamente violar la ley internacional al situar instalaciones y armamento militar en o cerca de infraestructuras civiles, citando “un millón” de ejemplos de tales prácticas.
Sumy, una ciudad capital regional con más de 250,000 habitantes, se ha convertido en un punto focal del conflicto, especialmente tras la retirada de Ucrania de la región rusa de Kursk, lo que resalta la complejidad y la gravedad de la situación actual en la región.