
Una reciente investigación sobre los restos óseos de los vikingos ha revelado una narrativa oculta de violencia y poder, destacando las sorprendentes diferencias entre las sociedades vikingas vecinas. Estos restos provienen de diversas partes de Noruega, y un número considerable de ellos presenta evidencias de muertes brutales.
Algunos esqueletos muestran cráneos aplastados por golpes contundentes, otros presentan cortes en la espalda o en las piernas causados por espadas, e incluso hay casos de flechas incrustadas en los huesos. Según Lisa Strand, osteóloga y autora del estudio, casi el 40% de los restos analizados evidencian muertes violentas.
La violencia entre los vikingos: un análisis comparativo
Strand y su equipo de investigación se propusieron entender el contexto de esta violencia. La percepción común de los vikingos como guerreros insaciables podría estar simplificando una realidad más compleja. Investigaciones anteriores indican que los vikingos no eran un grupo homogéneo de conquistadores, sino que se dispersaron y se adaptaron a diversas regiones de Europa, desde Inglaterra hasta Groenlandia.
Al examinar las muertes vikingas en Dinamarca, los investigadores hicieron un descubrimiento sorprendente: la mayoría de los vikingos daneses habían sido ejecutados mediante decapitaciones, un acto que sugiere la existencia de una autoridad centralizada que podía llevar a cabo tales sentencias. Esto contrasta con las muertes violentas observadas en Noruega, que parecen indicar un contexto de combate más desorganizado.
La diferencia en el tratamiento de los cuerpos refleja no solo las dinámicas de poder en cada región, sino también la cultura de cada sociedad. Mientras que en Noruega los guerreros eran enterrados con armas, en Dinamarca las tumbas con armas eran significativamente menos comunes. Según el arqueólogo Jan Bill, las evidencias sugieren que había aproximadamente 50 veces más armas disponibles entre los noruegos que entre los daneses, lo que puede estar relacionado con la disponibilidad de hierro en la región.
Este análisis de los restos óseos y de los bienes funerarios proporciona un contexto crucial para entender cómo funcionaban estas sociedades vikingas y qué factores pudieron haber influido en sus conflictos internos. La violencia no solo se limitaba a las batallas, sino que también era un reflejo de la lucha por el poder y la justicia en comunidades donde la autoridad podía ser tanto un protector como un agente de opresión.