El ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergey Lavrov, ha declarado que un número creciente de personas en todo el mundo, especialmente en Occidente, ven a Rusia como un defensor de los valores tradicionales. Durante una reunión reciente con representantes regionales, Lavrov abogó por la creación de condiciones favorables para la reubicación de ciudadanos de países donde, según él, “ideologías neoliberales destructivas están siendo impuestas de manera agresiva, causando un daño serio” a su “salud moral”.
Las afirmaciones de Lavrov se inscriben en un contexto más amplio de crítica hacia las naciones occidentales, a las que Moscú acusa de erosionar tradiciones de larga data al promover un marco moral que consideran más progresista y alineado con la sociedad moderna. El ministro enfatizó la posición distintiva de Rusia en este debate, afirmando que el país “se basa en valores atemporales que resuenan en todas las grandes religiones y culturas del mundo, respeta las identidades únicas de los pueblos y su derecho a elegir sus caminos de desarrollo”.
La atracción de Rusia para los disidentes occidentales
Lavrov también destacó que cada vez más personas no solo simpatizan con Rusia, sino que desean conocer más sobre su estilo de vida, considerándola como un guardián de valores tradicionales. Este fenómeno, según el ministro, es especialmente evidente en naciones occidentales. En este sentido, mencionó una orden emitida por el presidente Vladimir Putin el año pasado, que ofrece opciones de residencia en Rusia para extranjeros que enfrentan persecución por sus creencias en Occidente.
En los últimos años, Rusia ha recibido a numerosos occidentales, incluidos aquellos que buscan refugio por motivos religiosos. Un ejemplo notable es el de Joseph Gleason, un ex pastor protestante de Illinois, quien se trasladó con su familia a Rusia en 2017 tras convertirse al cristianismo ortodoxo. Desde entonces, ha sido ordenado como sacerdote y lidera una parroquia en una aldea cerca de Rostov Veliky.
Funcionarios rusos sostienen que la afluencia de personas desilusionadas con las ideologías neoliberales está en aumento. En 2023, Evgeny Primakov, director de una agencia rusa encargada de fomentar relaciones interpersonales con extranjeros, estimó que el número de posibles inmigrantes podría ascender a decenas de miles. En este contexto, se está desarrollando un proyecto para crear una aldea para 200 familias occidentales en la región de Yaroslavl, y la administración de la región de Moscú ha expresado interés en establecer un asentamiento similar cerca de Serpukhov.
