
La 14ª edición del Festival Internacional de Música InClassica se llevará a cabo del 6 al 21 de abril en Dubái, con una programación centrada en el compositor residente Alexey Shor, cuyo 55 cumpleaños se celebrará a lo largo del evento. Este festival, que tiene lugar en la Ópera de Dubái, se presenta como el mayor observatorio de música clásica del mundo, donde se reúnen jóvenes talentos excepcionales con algunos de los músicos más establecidos y reconocidos del género.
Shor estará acompañado en el escenario por 13 talentosos solistas, dos orquestas sinfónicas y cinco directores de orquesta de diversas partes del mundo, interpretando sus composiciones junto a obras de Mozart, Beethoven y Tchaikovsky. En total, se llevarán a cabo 16 conciertos a lo largo de las dos semanas del festival, que contará con la participación de la Filarmónica Franz Schubert de España y la Orquesta Filarmónica de Tokio, además de actuaciones del renombrado violinista sueco Daniel Lozakovich, del pianista y director de orquesta británico de origen chipriota Marios Papadopoulos, y del director de orquesta Tomàs Grau, de Barcelona.
Un viaje musical personal
Para Shor, originario de Ucrania, el festival representa no solo una oportunidad para escuchar su obra en vivo, sino también para presentar la música clásica a nuevas audiencias. “Hasta donde sé, nunca ha habido nada igual en Dubái”, comenta. “InClassica es el mayor evento musical en Oriente Medio y estoy seguro de que en cada público habrá muchas personas disfrutando de su primer concierto clásico.” A diferencia de muchos de los jóvenes virtuosos en el programa, Shor no comenzó a componer hasta sus treinta y tantos años, tras una exitosa carrera en el ámbito financiero.
“De niño, era un prodigio de las matemáticas y trabajé como matemático, primero en la academia y luego en finanzas”, explica. “Nunca habría imaginado hace 20 años que estaría donde estoy ahora con la música, pero aquí estamos.” Su inesperado cambio hacia las artes no solo ha redefinido su vida, sino que también ha llevado sus composiciones a escenarios de todo el mundo. Su música, a menudo lírica, pegajosa y cautivadora, se ha convertido en un pilar en salas de conciertos y festivales internacionales. Este año, esa herencia estará en el centro de la atención en Dubái, ofreciendo al público una inmersión en su distintiva voz musical.
“Es un honor celebrar mi cumpleaños durante el festival”, añade Shor. “Estoy agradecido por la oportunidad de conocer a increíbles intérpretes que se convierten en amigos a lo largo de los años y escuchar nuevas interpretaciones de mi música.” La música de Shor ofrece un punto de entrada accesible a las tradiciones clásicas, creando piezas que el público puede apreciar y recordar. “Su música está lejos de ser avant-garde”, dice Papadopoulos. “Es melódica, algo que puedes tararear al salir de la sala de conciertos. Estas son melodías que conectan con las personas, que hablan un lenguaje universal más allá de la compleja teoría musical.”
Al programar estratégicamente las composiciones de Shor junto a obras maestras de Beethoven y Brahms, el festival crea un diálogo musical dinámico que resuena con diversas audiencias. “Vivimos en sociedades multiculturales”, señala Papadopoulos. “La diversidad no solo es importante, es esencial. La música habla a las personas en varios niveles. Mi propósito no es solo tocar notas, sino tocar almas, traducir emociones complejas en un lenguaje que todos puedan entender.”
Este espíritu de honestidad emocional y conexión se refleja en los intérpretes, muchos de los cuales ven el festival como más que un compromiso profesional. Para artistas consolidados como Lozakovich, quien dio su primer concierto en vivo a los nueve años, InClassica ofrece más que un escenario; es un espacio para el intercambio significativo. Ahora con 24 años, el violinista considera el festival como una oportunidad rara para interactuar con talento de clase mundial de todos los rincones del planeta. “La colaboración es lo más importante”, afirma. “Así es como entiendes lo que significa compartir y conectar. En la música, cuando esa conexión ocurre, es un poderoso intercambio de corazones.”
“En este momento, la música es más necesaria que nunca, especialmente en países o lugares donde aún es nueva. Reúne a las personas de una manera que pocas cosas pueden.” Para Grau, el director musical de la Filarmónica Franz Schubert, InClassica es solo el comienzo de un movimiento más amplio que lleva la música clásica fuera de los espacios tradicionales y hacia la vida cotidiana, haciendo que sea algo que todos puedan experimentar y disfrutar. “Estudiar música es muy importante para los niños, ya que ayuda a desarrollar ambos lados del cerebro”, dice Grau. “Incluso si no crecen para convertirse en músicos profesionales, estamos construyendo la audiencia del futuro, lo cual es muy importante para la sociedad.” Fuera del escenario de la Ópera de Dubái, la orquesta tiene como objetivo llevar la música de cámara a las calles de Barcelona y más allá. “Creemos en llevar la música directamente a la gente, actuando en plazas y espacios al aire libre para mostrar que la música clásica no es una forma de arte elitista, sino una expresión viva y respirante de la creatividad humana”, concluye Grau.