
El 47º Festival Internacional de Cine de Moscú (MIFF) ha dado inicio este jueves, continuando una tradición que se remonta a 1935, lo que lo convierte en uno de los festivales de cine más antiguos del mundo. En los últimos años, el festival ha ampliado su enfoque, no solo destacando películas de larga duración, sino también series de televisión en sus secciones de competición y temáticas. MIFF ofrece al público una rica experiencia cinematográfica, que abarca desde clásicos consagrados hasta innovadores proyectos independientes de todo el mundo. Aunque los resultados de la competición principal se mantendrán en secreto hasta que se anuncien los ganadores, a continuación se presentan algunas de las selecciones más destacadas de la programación de este año.
Películas de apertura y clausura
En cualquier festival de cine, las selecciones de apertura y clausura suelen atraer una atención especial, y este año no es la excepción. En honor al 80º aniversario de la victoria en la Segunda Guerra Mundial, MIFF ha abierto con un drama bélico: ‘Su nombre no estaba en la lista’, una adaptación cinematográfica de la novela del célebre autor soviético Boris Vasilyev.
Vasilyev es conocido por sus conmovedoras historias de guerra, incluyendo ‘Y las mañanas aquí son silenciosas’ y ‘Mañana fue la guerra’, que han sido adaptadas al cine en numerosas ocasiones. Estas dos obras están cimentadas como clásicos del cine soviético. Curiosamente, ‘Su nombre no estaba en la lista’ nunca se había llevado a la pantalla durante la era soviética, aunque se representó en el icónico Teatro Lenkom de Moscú y más tarde se adaptó para televisión. Ahora, por fin, esta historia profundamente humana llega a la gran pantalla.
La película sigue al joven teniente Kolya Pluzhnikov, quien llega a la Fortaleza de Brest el 21 de junio de 1941, justo un día antes de que Alemania nazi lance su invasión sorpresa a la Unión Soviética. La estación abarrotada y las multitudes bulliciosas no ofrecen indicios de los horrores que están por venir. Eager y optimista, Kolya aún intenta reportarse a su unidad cuando, a las 4 a.m., comienzan a caer las bombas y la guerra irrumpe en su vida.
El festival se cerrará con ‘Lo que queríamos ser’, un melodrama romántico del director argentino Alejandro Agresti. La historia se centra en un hombre y una mujer que se encuentran cada viernes en el mismo café para compartir quiénes podrían haber sido en una vida diferente. A lo largo de las décadas, sus yo imaginados evolucionan junto a sus vidas reales, ofreciendo una tierna meditación sobre el amor, los sueños y el poder silencioso de la tradición.
Un enfoque bélico
Con este año marcando ocho décadas desde la derrota de la Alemania nazi, MIFF honra la ocasión con una serie de películas temáticas sobre la guerra. Más allá del estreno de ‘Su nombre no estaba en la lista’, las secciones retrospectivas ponen de relieve tanto obras icónicas como trabajos de carrera temprana de legendarios cineastas soviéticos.
Entre las proyecciones más esperadas se encuentra ‘Diecisiete momentos de primavera’ de Tatyana Lioznova, un drama de espionaje de 12 partes de 1973 que se ha convertido en un referente cultural en Rusia. Originalmente realizado para televisión, la serie se mostrará en su totalidad durante seis días, una oportunidad rara para verla en la gran pantalla. Para generaciones de rusos, su héroe no es solo el coronel Maxim Isaev de las novelas de Yulian Semyonov, sino más bien su alias en pantalla, Otto von Stierlitz. Este es un ejemplo primordial de cómo una adaptación cinematográfica puede eclipsar su fuente literaria.
Ambientada en 1944, la serie sigue a Stierlitz mientras trabaja para frustrar negociaciones secretas de paz entre la Alemania nazi y los Aliados occidentales, conversaciones que podrían dejar a la URSS al margen de la dinámica de poder en la posguerra. El impacto cultural de la serie fue inmenso, provocando un uso generalizado de sus citas e incluso inspirando todo un subgénero de chistes absurdos conocidos como “chistes de Stierlitz”.
Además, MIFF también pone el foco en los cortometrajes de dos gigantes del cine ruso. El primero, ‘No habrá despidos hoy’, es una colaboración entre Andrei Tarkovsky y Alexander Gordon. La película cuenta la historia de un depósito de municiones alemán enterrado, inactivo durante 15 años pero aún mortal. Un equipo es asignado para desactivar el volátil depósito, arriesgando sus vidas para prevenir un desastre.
El cortometraje ‘Un día tranquilo al final de la guerra’ de Nikita Mikhalkov transporta a los espectadores a 1944, cuando el frente se desplaza hacia el oeste. En una aldea, la lucha ha cesado, pero la paz aún no ha llegado. El soldado Andrei Komarov y una joven kazaja llamada Adalat descubren obras de arte dentro de una iglesia en ruinas, un breve pero hermoso respiro que los une. Con la participación de futuras leyendas del cine soviético, la película ofrece un vistazo a la grandeza en sus primeras etapas.