Impacto de la reducción de lanzamientos de globos meteorológicos en las previsiones climáticas de EE.UU.
La reciente disminución en los lanzamientos de globos meteorológicos por parte del Servicio Nacional de Meteorología (NWS) ha generado preocupación entre los meteorólogos, especialmente durante una serie de tormentas severas que azotaron el centro de Estados Unidos la semana pasada. Esta situación se presentó en un contexto en el que el país experimentó numerosos tornados y granizo del tamaño de pelotas de béisbol, afectando notablemente los desplazamientos del fin de semana de Pascua. Los tornados fueron reportados en estados como Oklahoma, Texas y Nebraska, mientras que algunas áreas de Colorado recibieron varios centímetros de nieve.
Las tormentas que se produjeron representan uno de los primeros desafíos para las previsiones meteorológicas tras la reducción de lanzamientos de globos en diversas localidades, como Grand Junction en Colorado y Omaha en Nebraska. Esta disminución se debe a recortes en el personal que se implementaron durante la administración anterior, que incluyeron jubilaciones anticipadas y despidos de trabajadores en periodo de prueba. En este contexto, los meteorólogos han señalado que la falta de datos obtenidos de los globos podría haber contribuido a que las alertas de tornados no se emitieran con la antelación necesaria, a pesar de que el NWS logró emitir los avisos correctos en el momento adecuado.
Un experto en meteorología ha indicado que los globos proporcionan datos cruciales sobre la evolución de la atmósfera, lo que permite a los meteorólogos identificar mejor las condiciones que pueden generar tornados. En situaciones recientes, la falta de lanzamientos programados de globos meteorológicos impidió conocer los cambios en la atmósfera entre las 3 p.m. y las 7 p.m., momentos críticos en la aparición de tornados en Nebraska. A pesar de los esfuerzos del NWS por asegurar la precisión de sus previsiones, la reducción en la frecuencia de los lanzamientos podría afectar la calidad de los datos utilizados para las predicciones meteorológicas, lo que podría resultar en alertas menos precisas y en un aumento de la incertidumbre en la comunidad meteorológica.
