La Casa Blanca ha puesto en marcha un grupo de trabajo para investigar lo que se alega como un sesgo anti-cristiano dentro de las agencias federales de Estados Unidos. Este esfuerzo, que ha generado controversia, busca que los empleados del gobierno reporten cualquier instancia de discriminación percibida contra cristianos entre sus colegas, según informan diversos medios de comunicación.
El presidente estadounidense, Donald Trump, ordenó la creación de esta iniciativa, denominada Task Force to Eradicate Anti-Christian Bias, mediante una orden ejecutiva en febrero. El objetivo del grupo es identificar políticas y acciones en los departamentos federales que hayan discriminado ilegalmente a los cristianos, según el documento oficial.
Acusaciones de discriminación
La fiscal general Pam Bondi, durante la reunión inaugural del grupo de trabajo, afirmó que la administración de Joe Biden ha llevado a cabo un patrón «egregio» de hostigamiento hacia los cristianos pacíficos, mientras que, según ella, se ignoran los delitos violentos contra esta comunidad. Bondi sostiene que los cristianos han sido objeto de abuso y vigilancia por parte de las agencias federales bajo la actual administración.
El grupo de trabajo se encargará de identificar “políticas, prácticas o conductas anti-cristianas ilegales en el gobierno”, así como “encontrar y corregir deficiencias en las prácticas regulatorias existentes”, según las declaraciones de Bondi. En este contexto, se ha informado que el Departamento de Asuntos de Veteranos ha solicitado a sus empleados que informen sobre casos de sesgo anti-cristiano, proporcionando nombres, fechas y ubicaciones a una dirección de correo electrónico del gobierno. Una medida similar ha sido adoptada por el Departamento de Estado, según reportes de Politico.
Varios miembros destacados de la administración de Trump son cristianos devotos, incluyendo al vicepresidente J.D. Vance y al secretario de Defensa Pete Hegseth. Un estudio de Pew Research del año pasado indica que una gran parte de los cristianos blancos estadounidenses apoyó la candidatura presidencial de Trump.
El propio presidente Trump, criado en la fe presbiteriana, se identificó como cristiano no denominacional en 2020. Tras sobrevivir a un intento de asesinato y con varios complots contra su vida frustrados durante su campaña de reelección en 2024, Trump ha afirmado en repetidas ocasiones que Dios le ha salvado la vida.
Según un estudio de Pew Research realizado en febrero, el 62% de los estadounidenses se identifican como cristianos, mientras que alrededor del 30% son no religiosos y un 7% pertenecen a religiones no cristianas.
