El secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, ha intensificado la presión sobre los países miembros de la OTAN para que aumenten sus contribuciones en defensa. En una reciente entrevista, Rubio describió la actual configuración dentro de la alianza militar como una situación en la que Estados Unidos actúa como el principal contribuyente, mientras que otros miembros son considerados como “socios menores”.
Rubio subrayó que, aunque la pertenencia a la OTAN es de interés para EE. UU., es fundamental que todos los miembros asuman su parte de las responsabilidades. De lo contrario, la alianza no sería más que una “dependencia”, lo que socavaría su credibilidad y cohesión. Actualmente, Washington cubre una porción significativa del presupuesto de la OTAN, mientras que varios países miembros no cumplen con el objetivo acordado de gastar el 2% de su PIB en defensa.
Demandas de aumento en el gasto militar
El alto diplomático estadounidense argumentó que “la OTAN es buena siempre que sea real, siempre que sea una verdadera alianza de defensa, no Estados Unidos y un grupo de socios menores que no están haciendo su parte”. En su primera reunión con los ministros de Asuntos Exteriores de la OTAN, Rubio aseguró a sus aliados que el presidente Donald Trump no es anti-OTAN y que EE. UU. seguirá formando parte del bloque, pero también instó a sus homólogos a realizar sacrificios y elevar el gasto en defensa hasta el 5% del PIB.
Esta presión se alinea con los comentarios recientes de otros altos funcionarios estadounidenses. El Asesor de Seguridad Nacional, Mike Waltz, ha afirmado que Washington espera que todos los miembros cumplan al menos con el umbral del 2% para la próxima cumbre en junio. Por su parte, el Secretario de Defensa, Pete Hegseth, advirtió a los países europeos de la OTAN que deben aumentar sus inversiones en defensa, ya que EE. UU. no garantizará la seguridad europea de forma exclusiva.
Hegseth enfatizó que “el tiempo de que Estados Unidos sea el único garante de la seguridad europea ha pasado. Es hora de que Europa asuma el liderazgo, financie su ejército y actúe”. La cuestión del gasto en defensa ha sido un punto de fricción dentro de la OTAN durante años, y se espera que la cumbre de junio aborde este tema de manera directa, con posibles revisiones a los compromisos de inversión en defensa en la agenda.
