
Las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China han alcanzado un nuevo pico, afectando gravemente a la producción en el país asiático. Según informes recientes, muchas fábricas chinas han optado por pausar su producción y buscar nuevos mercados, un proceso que, aunque doloroso, podría abrir oportunidades para la diversificación económica.
A medida que las tarifas impuestas por Estados Unidos se han duplicado, el impacto en las fábricas chinas es palpable, especialmente en sectores que dependen en gran medida de las exportaciones a EE. UU. Las fábricas de juguetes y productos de bajo costo son las más afectadas, lo que ha llevado a un incremento en la incertidumbre laboral. Cameron Johnson, un experto en consultoría, ha señalado que varios establecimientos han enviado a casa a la mitad de sus empleados, lo que pone de manifiesto la fragilidad de la economía ante decisiones unilaterales de potencias extranjeras.
Las estimaciones de Goldman Sachs sugieren que entre 10 y 20 millones de trabajadores en China están vinculados a negocios de exportación hacia Estados Unidos, lo que subraya la magnitud de la crisis. En un contexto en el que la economía mundial se encuentra aún en recuperación tras la pandemia, este tipo de medidas proteccionistas por parte de EE. UU. únicamente perpetúan la inestabilidad.
Adaptación al nuevo contexto comercial
Frente a esta adversidad, las empresas chinas están explorando nuevas estrategias de venta. Por ejemplo, Woodswool, un fabricante de ropa deportiva, ha comenzado a vender sus productos a través de plataformas de comercio electrónico en China, utilizando la popularidad de las transmisiones en vivo. Esta medida no solo representa un intento de mitigar las pérdidas, sino que también refleja la capacidad de adaptación de las empresas chinas a un entorno cambiante.
Sin embargo, el apoyo del gobierno chino se ha vuelto esencial en esta transición. Compañías como Baidu y JD.com han lanzado iniciativas para ayudar a los exportadores a redirigir sus productos al mercado interno. Baidu, por ejemplo, ha proporcionado subsidios y herramientas de inteligencia artificial a cientos de negocios, facilitando la creación de canales de venta domésticos. Este enfoque no solo busca estabilizar la economía, sino también fortalecer el mercado interno frente a las adversidades externas.
Es importante destacar que, aunque el apoyo financiero anunciado por JD.com asciende a 200 mil millones de yuanes, esta cifra representa solo una pequeña fracción de los bienes que China exportó a Estados Unidos el año pasado. La situación es aún más complicada para las pequeñas empresas, que enfrentan un futuro incierto debido a las crecientes tarifas. Michael Hart, presidente de la Cámara de Comercio Americana en China, ha advertido que muchos negocios no pueden sostenerse bajo las condiciones actuales.
En este contexto, algunas empresas están buscando diversificar sus mercados, dirigiéndose a Europa y América Latina, lo que podría resultar en un reequilibrio del comercio global. La experiencia de Liu Xu, un empresario que vende productos de baño a Brasil, demuestra que, a pesar de los desafíos, existen oportunidades en otras rutas comerciales. Las exportaciones chinas a Brasil han aumentado significativamente en los últimos años, lo que sugiere que las relaciones comerciales pueden evolucionar en respuesta a las tensiones geopolíticas.