El desempeño del mercado de valores en los primeros 100 días de la presidencia de Donald Trump ha suscitado un notable interés. Según datos de CFRA Research, el índice S&P 500 ha experimentado una caída del 7.9% desde la toma de posesión del presidente el 20 de enero hasta el cierre del 25 de abril, lo que representa el segundo peor inicio de un mandato presidencial desde los años 70. Este descenso contrasta con la tendencia histórica, donde el S&P 500 suele aumentar un 2.1% en el mismo periodo.
La situación actual recuerda a la presidencia de Richard Nixon, quien experimentó una caída del 9.9% en 1973, en medio de medidas económicas destinadas a combatir la inflación, que finalmente llevaron a una recesión entre 1973 y 1975. Estos paralelismos invitan a la reflexión sobre las políticas económicas que, en contextos diferentes, han llevado a resultados similares en términos de confianza del mercado.
Incertidumbre y expectativas en el mercado
El inicio de la presidencia de Trump fue recibido con optimismo, reflejado en el aumento del S&P 500 tras su victoria electoral en noviembre. Sin embargo, esta euforia se ha visto empañada por decisiones políticas que han generado incertidumbre, especialmente en lo que respecta a su agresiva postura comercial. Las declaraciones sobre tarifas recíprocas y su impacto en la inflación han alimentado los temores de una posible recesión, resaltando la fragilidad del equilibrio económico en el que se encuentra Estados Unidos.
La caída del S&P 500 en abril, que alcanzó hasta un 10% en solo dos días, ilustra la ansiedad del mercado frente a la falta de claridad en las políticas económicas de la administración Trump. A pesar de un intento de suavizar la situación con una pausa de 90 días para renegociar acuerdos comerciales, muchos analistas se muestran cautelosos, sugiriendo que podríamos estar ante un rebote temporal en un contexto de mercado bajista.
Al cierre de la semana, el S&P 500 se situó en 5,525.21, habiendo borrado todas las ganancias obtenidas desde la elección en noviembre. La situación actual plantea un desafío significativo para Trump, quien todavía cuenta con dos días de negociación para intentar mitigar las pérdidas antes de que se cumplan los 100 días de su mandato.
