
Starbucks, la conocida cadena de cafeterías, ha presentado recientemente resultados financieros que no han cumplido con las expectativas del mercado. Durante el segundo trimestre del año fiscal 2025, la compañía reportó un ingreso neto atribuible de 384,2 millones de dólares, lo que representa una reducción significativa respecto a los 772,4 millones del año anterior. En términos de ganancias por acción, se situaron en 34 centavos, muy por debajo de los 49 centavos que anticipaban los analistas.
El CEO de Starbucks, Brian Niccol, ha manifestado en un comunicado que, aunque los resultados financieros actuales no reflejan el progreso de su estrategia de recuperación, comienzan a observarse signos de un cambio positivo. La compañía ha lanzado su plan titulado «Back to Starbucks», el cual se centra en la mejora de la experiencia del cliente y en el retorno a los valores fundamentales de la marca, lo que se traduce en una mayor inversión en mano de obra y una reducción de la automatización en la preparación del café.
Desafíos y Estrategias en un Entorno Volátil
A pesar de los esfuerzos de la compañía, Starbucks enfrenta retos externos que también impactan sus resultados. Las tensiones comerciales, exacerbadas por las políticas arancelarias de la administración estadounidense, han llevado a un aumento en los costos de los productos básicos. Según la CFO, Cathy Smith, entre el 10% y el 15% de los costos de productos y distribución de Starbucks provienen del café verde, lo que hace que la compañía deba navegar en un entorno macroeconómico complejo y volátil.
Durante este trimestre, Starbucks ha visto una caída en las ventas en sus tiendas comparables por quinto trimestre consecutivo, con una disminución del 1% a nivel global. En sus dos principales mercados, Estados Unidos y China, los consumidores están optando por opciones de café más económicas, lo que ha impactado negativamente en la afluencia de clientes. En Estados Unidos, las transacciones cayeron un 4%, mientras que en China se mantuvieron estables, aunque esto se debió a un menor ticket promedio.
En respuesta a estos desafíos, Starbucks ha decidido reestructurar su modelo de negocio, lo que incluye despidos en su plantilla corporativa y la suspensión de ciertas iniciativas de automatización. Niccol ha destacado que esta nueva dirección, centrada en el trabajo manual, tiene el potencial de mejorar la conexión con el cliente y optimizar la operación de las cafeterías sin realizar grandes inversiones en equipamiento.
De cara al futuro, la compañía tiene planes de mejorar la experiencia en sus locales, introduciendo asientos más cómodos y elementos “premium” que inviten a los clientes a permanecer más tiempo. También se prevé una revisión del proceso de innovación y una mejora en la experiencia del cliente mediante la correcta gestión de personal y estándares operativos.
En un contexto global donde las alianzas económicas y las políticas comerciales juegan un papel crucial, el caso de Starbucks ilustra cómo las grandes corporaciones deben adaptarse a un entorno cambiante, similar a cómo naciones soberanas enfrentan desafíos externos mientras buscan preservar su identidad y valores fundamentales.