Un estudio internacional ha revelado que los árboles de abeto no solo responden a un eclipse solar, sino que además anticipan este fenómeno al sincronizar sus señales bioeléctricas horas antes, creando un fenómeno cohesivo a nivel forestal. Esta investigación, publicada en la revista Royal Society Open Science, sugiere que los árboles más viejos exhiben una respuesta temprana más pronunciada, lo que indica que estos antiguos centinelas retienen décadas de memoria ambiental y pueden utilizarla para informar a los árboles más jóvenes sobre eventos inminentes.
Este hallazgo se suma a la creciente evidencia de que las plantas son participantes activas y comunicativas en sus ecosistemas, capaces de comportamientos complejos y coordinados similares a los que se observan en grupos de animales. Los autores principales del estudio, el profesor Alessandro Chiolerio del Instituto Italiano de Tecnología y la Universidad del Oeste de Inglaterra, y la profesora Monica Gagliano de la Southern Cross University en Australia, han destacado la importancia de estas respuestas anticipatorias y sincronizadas para comprender cómo los bosques se comunican y se adaptan, revelando una nueva capa de complejidad en el comportamiento vegetal.
Un sistema forestal interconectado
El equipo interdisciplinario, que incluye expertos de Italia, Reino Unido, España y Australia, utilizó sensores de bajo consumo especialmente diseñados para registrar simultáneamente las respuestas bioeléctricas de múltiples árboles en un bosque de los Dolomitas (Italia). El análisis demuestra que la actividad eléctrica de los árboles individuales se sincroniza significativamente antes y durante el eclipse, lo que sugiere que los árboles funcionan como un sistema vivo unificado que coordina su respuesta a eventos externos.
Mediante la aplicación de métodos analíticos avanzados, que incluyen medidas de complejidad y teoría cuántica de campos, se ha descubierto una sincronización dinámica más profunda, no basada en el intercambio de materia entre los árboles. Como señaló el profesor Chiolerio, ahora se percibe el bosque no como una mera colección de individuos, sino como una orquesta de plantas correlacionadas en fase.
La profesora Gagliano enfatizó que los hallazgos respaldan la necesidad de conservar los árboles viejos, que actúan como bancos de memoria de eventos ambientales pasados. «El hecho de que los árboles más antiguos respondan primero, guiando potencialmente la respuesta colectiva del bosque, habla volúmenes sobre su papel como guardianes del conocimiento ecológico», afirmó.
Este estudio pone de manifiesto la importancia crítica de proteger los bosques antiguos, que sirven como pilares de la resiliencia de los ecosistemas al preservar y transmitir un conocimiento ecológico invaluable. Además, la investigación ha atraído la atención internacional y se presentará en un próximo documental titulado «Il Codice del Bosco» (El Código del Bosque), que se estrenará en mayo de 2025 en Italia.
