
Hace apenas 48 años, el director de cine George Lucas utilizó la famosa frase «Hace mucho tiempo en una galaxia muy lejana» como introducción a la primera película de «Star Wars», posteriormente etiquetada como «Episodio IV: Una Nueva Esperanza». Sin embargo, existen al menos cuatro aspectos importantes de la saga «Star Wars» que están mucho más cerca—tanto en tiempo como en espacio—de lo que Lucas nos hacía creer.
Uno de ellos es la capacidad de añadir colorante azul a la leche, algo que era posible incluso en la época del estreno de la primera película. Sin embargo, en 2024, la leche azul con temática de «Star Wars» comenzó a estar disponible de forma periódica en los supermercados.
La agricultura de humedad
En la primera película, el Tío Owen, tío de Luke Skywalker, era un agricultor en el planeta Tatooine que cultivaba agua del aire en medio de un desierto. Aunque parece una idea descabellada, expertos discutieron sobre esta posibilidad en la segunda Cumbre Internacional de Cosecha de Agua Atmosférica, celebrada en la Universidad Estatal de Arizona en marzo de 2025.
Cada día, un ser humano necesita consumir alrededor de 3 litros de agua. Con más de 8 mil millones de personas en el planeta, eso implica que los ingenieros deben producir casi 10 billones de litros de agua potable cada año. A nivel global, las precipitaciones serían suficientes, pero su distribución es muy desigual—mucho de ello termina en los océanos, donde se vuelve demasiado salado para ser consumido de forma segura.
Los desiertos, que cubren aproximadamente una quinta parte de la superficie terrestre, albergan a cerca de mil millones de personas. Investigadores en lugares como Berkeley han desarrollado sistemas solar-powered capaces de generar agua potable a partir del aire. Estos sistemas utilizan materiales que atrapan las moléculas de agua del aire y luego, mediante la energía solar, condensan esa agua en un líquido apto para el consumo. Aún queda un largo camino por recorrer antes de que estos sistemas estén listos para su distribución comercial y puedan ayudar a un gran número de personas.
La basura espacial
Cuando se destruyó la segunda Estrella de la Muerte en «El Retorno del Jedi», se creó un inmenso desastre, como cabría esperar al desintegrar un objeto de al menos 140 kilómetros de ancho. Sin embargo, la mitología de la película explica que se abrió un agujero de gusano, dispersando gran parte de los escombros por la galaxia.
Hasta donde se sabe, un agujero de gusano nunca ha aparecido cerca de la Tierra. Y aunque tal fenómeno existiera, los humanos probablemente no tendríamos la tecnología para arrojar nuestra basura en él. Por lo tanto, nos encontramos rodeados de una gran cantidad de desechos, incluso en el espacio.
Según el sitio Orbiting Now, a finales de abril de 2025 había más de 12,000 satélites activos orbitando el planeta. En total, Estados Unidos y otras naciones con capacidad espacial están intentando hacer un seguimiento de cerca de 50,000 objetos en órbita terrestre. Además, hay millones de fragmentos de basura espacial demasiado pequeños para ser observados o rastreados.
Al igual que en las carreteras de la Tierra, los vehículos espaciales chocan entre sí si el tráfico se vuelve demasiado denso. Sin embargo, a diferencia de los escombros que caen a la carretera tras un accidente terrestre, los fragmentos que se desprenden tras un choque espacial pueden volar a velocidades de varios miles de kilómetros por hora, impactando otros satélites o naves espaciales que crucen sus trayectorias.
Este acumulamiento de basura espacial está creando un problema creciente. Con más satélites y naves en camino a la órbita, y más objetos moviéndose que podrían colisionar con ellos, viajar al espacio se está asemejando cada vez más a volar el Halcón Milenario a través de un campo de asteroides. Ingenieros de la NASA, la Agencia Espacial Europea y otros programas espaciales están explorando diversas tecnologías—incluyendo redes, arpones y láseres—para eliminar los fragmentos más peligrosos de chatarra espacial y limpiar el entorno espacial.
La saga de «Star Wars» no solo ha sido un referente cultural sino que también ha anticipado desarrollos científicos y tecnológicos que hoy en día comienzan a tomar forma en nuestra realidad. La ciencia avanza, y con ella, las posibilidades que alguna vez parecieron solo ficción.