
La investigación sobre los mecanismos genéticos que subyacen a la evolución humana y las enfermedades ha dado un nuevo paso adelante gracias a un estudio reciente publicado en la revista Science Advances. Este trabajo se centra en los elementos transponibles, conocidos como «genes saltarines», que, a pesar de haber sido en gran medida silenciados por los mecanismos de defensa de nuestras células, siguen desempeñando un papel crucial en la configuración de nuestro genoma.
Entre estos elementos se encuentra el LINE-1, un retrotransposón que, al igual que el VIH, puede copiarse y moverse dentro del genoma humano. Se estima que las repeticiones de LINE-1 constituyen aproximadamente el 20% de nuestro ADN, lo que resalta su importancia en la evolución, aunque su actividad incontrolada puede estar relacionada con enfermedades neurológicas, cáncer y procesos de envejecimiento.
Mecanismos de entrada en el núcleo celular
El estudio revela que el LINE-1 tiene la capacidad de unirse al ADN celular durante momentos críticos en el ciclo celular, específicamente cuando las células se dividen y el núcleo se abre temporalmente. Este hallazgo es significativo, ya que indica cómo este elemento puede aprovechar estas brechas para replicarse, un proceso que podría tener implicaciones en el desarrollo de terapias para frenar su actividad.
Los investigadores, liderados por el Dr. Liam J. Holt de la NYU Langone Health, encontraron que el ARN de LINE-1 se agrupa con una de las proteínas que codifica, conocida como ORF1p. Esta proteína es esencial para el proceso de unión al ADN, y su acumulación en grandes concentraciones permite a LINE-1 adherirse a secuencias específicas del ADN durante la formación de estructuras llamadas condensados.
La capacidad de LINE-1 para evitar los mecanismos que impiden la entrada de partículas grandes al núcleo durante la mitosis pone de relieve la astucia biológica de estos elementos genéticos. Al estar empaquetado en estos condensados, LINE-1 puede eludir las defensas celulares y, a su vez, incrementar el número de sitios de unión disponibles en el ADN, lo que facilita su inserción.
Este descubrimiento no solo amplía nuestro conocimiento sobre la dinámica del genoma humano, sino que también sienta las bases para el diseño de futuras estrategias terapéuticas que podrían prevenir la replicación descontrolada de LINE-1. Los autores del estudio sugieren que la investigación adicional en este ámbito podría llevar a un entendimiento más profundo de cómo otros condensados en las células podrían experimentar cambios funcionales similares en función de las proporciones de sus componentes.