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La sorprendente importancia de la orina de las ballenas para los ecosistemas marinos

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mayo 03, 2025

Los biológos apenas logran vislumbrar las vidas de las ballenas, y muchas especies que habitan en las profundidades del océano permanecen en gran medida en el misterio. Sin embargo, la investigación científica avanza en la comprensión del papel fundamental que desempeñan estos gigantes marinos en los ecosistemas oceánicos y en los servicios que proporcionan. Recientemente, se ha descubierto que incluso la orina de las ballenas tiene un impacto significativo en la salud de nuestros océanos.

Investigaciones previas ya habían puesto de manifiesto la relevancia de las heces de ballena en los ecosistemas marinos. Estos mamíferos marinos transportan nutrientes desde las profundidades donde se alimentan hacia las aguas más superficiales. Este fenómeno, conocido como el «bombeo de ballenas», potencia la tasa fotosintética del fitoplancton, que es la base de la cadena alimentaria. Este proceso es esencial, ya que los nutrientes no se distribuyen de manera uniforme en los océanos, y en algunas áreas, las poblaciones de fitoplancton se ven limitadas por la escasez de elementos específicos, como el hierro.

El ciclo de nutrientes de las ballenas

Algunas especies de ballenas realizan migraciones largas a lo largo del océano. Las ballenas jorobadas (Megaptera novaeangliae), por ejemplo, realizan la migración más larga de todos los mamíferos, recorriendo aproximadamente 10,000 km y transportando nutrientes a través de las cuencas oceánicas. Este «bombeo de ballenas» también influye en el ciclo y almacenamiento del carbono.

Las ballenas también contribuyen al ciclo de nutrientes en el océano al perturbar el lecho marino mientras se alimentan. Las ballenas gris (Eschrichtius robustus), por ejemplo, son conocidas por buscar invertebrados en el fondo marino, removiendo sedimentos que liberan nutrientes como nitrógeno, fósforo e hierro. Además, los ecosistemas de oasis que crean los cadáveres de ballenas son cruciales para diversas especies de animales del fondo marino, desde peces bruja (Eptatretus deani) y tiburones durmientes (Somniosis pacificus) hasta crustáceos y bacterias. Los grandes cetáceos tienen cuerpos enormes que contienen altos niveles de lípidos en sus huesos, lo que los convierte en un recurso alimenticio para muchos organismos y genera ecosistemas miniatura en el fondo del mar.

Un estudio reciente publicado en Nature Communications ha revelado que la orina de las ballenas de filtro también desempeña una función crucial en los océanos. Algunas especies pueden producir hasta 950 litros de orina al día, lo que les permite redistribuir nutrientes hacia regiones tropicales con escasez de estos elementos. Muchas ballenas de filtro, como las jorobadas y las grises, se alimentan en regiones polares y subpolares durante el verano, para luego migrar en masa a zonas de cría ecuatoriales durante el invierno.

Durante estas migraciones, las ballenas transportan detritus como placenta, orina, heces y, en caso de fallecimiento, sus propios cadáveres. El estudio menciona que las ballenas grises suelen invernar en diversas áreas de alimentación a lo largo del norte del océano Pacífico, y se agrupan en verano en unas pocas bahías pequeñas en la costa de California. Los investigadores han descrito cómo las ballenas grises, jorobadas y de right (Eubalaena glacialis) transportan carbono y nitrógeno hacia los trópicos, en lo que se denomina «la cinta transportadora de las grandes ballenas». A nivel global, este proceso resulta en más de 46,000 toneladas de biomasa (la masa total de las ballenas y los nutrientes que contienen) y casi 4,000 toneladas de nitrógeno al año, que se trasladan a zonas deficitarias en nutrientes.

La mayor parte de este transporte de nitrógeno proviene de la orina de las ballenas, que estimula el crecimiento del fitoplancton y la fotosíntesis. Este aumento en la tasa de fotosíntesis podría llevar a la absorción de hasta 18,180 toneladas de carbono de la atmósfera. Si bien otras grandes ballenas probablemente también contribuyen a este efecto, hay menos datos disponibles sobre sus distribuciones y ecología.

Desafortunadamente, los estudios estiman que la caza histórica de ballenas ha reducido el transporte de nutrientes relacionado con estos animales a casi un tercio de su potencial anterior. Otros animales que juegan un papel crucial en el flujo de nutrientes también han estado sufriendo a causa de actividades humanas. Por ejemplo, las aves marinas y los peces que migran del mar a cuerpos de agua dulce tienen un efecto significativo en la transferencia de fósforo del mar a la tierra, un nutriente igualmente importante para la fotosíntesis.

Animales como osos, nutrias y águilas que consumen peces que migran desde el mar hacia los ríos participan también en el transporte de nutrientes oceánicos hacia la tierra a través de sus heces. Incluso los alces son portadores importantes de nutrientes, conocidos por transferir grandes cantidades de estos desde ecosistemas acuáticos hacia terrestres al alimentarse de plantas. Por otro lado, los hipopótamos también transfieren nutrientes de la tierra a los sistemas acuáticos. Sin embargo, estos grandes animales generalmente no alcanzan a las ballenas en términos de cantidad o escala geográfica.

Las ballenas actualmente enfrentan numerosas amenazas para su supervivencia, como colisiones con embarcaciones, contaminación, pesquerías mal gestionadas y el cambio climático. Este reciente estudio subraya la importancia de proteger tanto a las ballenas como al océano en el que habitan. Aunque el papel que desempeñan estos animales en la mitigación de la crisis climática mediante la estimulación de la fotosíntesis está en debate, es evidente que a medida que aprendemos más sobre estos gigantes del océano, también comprendemos mejor las maneras en que son vitales para los ecosistemas marinos.

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Diario obrero y republicano fundado el 14 de Abril de 2006.