
Un equipo de investigadores de la Universitat Politècnica de Catalunya—BarcelonaTech (UPC) y el Instituto de Investigación Química de Cataluña (ICIQ) ha desarrollado resinas poliméricas a partir de materiales de origen vegetal, con el objetivo de reducir la dependencia de la impresión 3D de resinas derivadas de combustibles fósiles. Este avance ha sido publicado recientemente en la revista RSC Applied Polymers.
La industria de la impresión 3D está demandando cada vez más resinas elaboradas con recursos renovables para fomentar tecnologías de fabricación aditiva más sostenibles. En respuesta a este desafío, los investigadores han formulado nuevas resinas poliméricas a partir de monómeros obtenidos de varias fuentes naturales, entre las que se incluye el ácido succínico, un compuesto presente en alimentos como el maíz y el brócoli. Las resinas utilizadas en la impresión 3D basada en luz deben ser líquidas, libres de solventes y contar con cinéticas de polimerización rápidas para ser viables industrialmente.
Impresión 3D sostenible
La investigación en este ámbito es crucial para promover tecnologías de impresión 3D más ecológicas. Las resinas poliméricas desarrolladas por el equipo de la UPC y el ICIQ provienen de fuentes naturales como el ácido succínico, el ácido málico y el ácido tartárico, y requieren solo un paso de síntesis para convertirse en resinas funcionales. Estas pueden ser utilizadas en impresoras de procesamiento de luz digital (DLP) o estereolitografía (SLA).
Este trabajo se inscribe dentro del proyecto Base-3D, liderado por el CIM UPC, que tiene como objetivo avanzar en las tecnologías de fabricación aditiva mediante la mejora de la madurez tecnológica y la promoción de su uso en la industria catalana, en quirófanos, empresas y aulas. Esta es la segunda tipología de resina polimérica desarrollada por el ICIQ y la UPC en el marco del proyecto Base-3D, a través del clúster Light3D; la primera fue un polímero biodegradable que demostró un rendimiento excelente en la impresión DLP.
Actualmente, el grupo IMEM-BRT también investiga biopolímeros suaves, como el alginato, la quitosana y la gelatina, que se consideran materiales superabsorbentes sostenibles para aplicaciones en suelos, baterías y polieletrólitos para celdas de desalación.
Más información: Ľudmila Hodásová et al, Synthesis of bio-sourced liquid resins and their photopolymerization with poly(ethylene glycol) diacrylate in the roadmap to more sustainable digital light processing technologies, RSC Applied Polymers (2024). DOI: 10.1039/D3LP00207A
Proporcionado por la Universitat Politècnica de Catalunya