
Las temperaturas ambientales tienen un impacto significativo en la fisiología y el comportamiento de la mayoría de las especies. En regiones donde los individuos dependen de temperaturas bajas para hibernar de manera efectiva, el calentamiento global podría afectar drásticamente su supervivencia. Un reciente estudio realizado por un equipo de científicos del Instituto Leibniz de Investigación de Zoología y Vida Silvestre ha revelado cómo los cambios en las temperaturas afectan el gasto energético de los murciélagos nocturnos comunes, y ha desarrollado un modelo predictivo sobre las latitudes donde podrían sobrevivir durante la hibernación.
Este modelo también pronostica cómo las áreas de hibernación de estos murciélagos podrían cambiar con el tiempo. Los resultados muestran un desplazamiento hacia el norte de su rango de distribución en los últimos 50 años, así como una expansión adicional hacia el noreste de hasta un 14% de su área actual para el año 2100, impulsada por inviernos más cortos y cálidos en Europa.
Impacto de las temperaturas en la hibernación
El gasto energético está íntimamente relacionado con la temperatura ambiental. Cuando las condiciones se vuelven desfavorables, muchos mamíferos, incluidos los murciélagos, optan por hibernar para conservar energía. La doctora Kseniia Kravchenko, primera autora del estudio, y sus colegas llevaron a cabo dos experimentos para evaluar cómo los murciélagos nocturnos, que pesan aproximadamente 30 gramos, pasan tiempo en estado de letargo a diferentes temperaturas ambientales. Para detectar este estado, midieron la temperatura de la piel, ya que los individuos reducen su temperatura corporal para ahorrar energía.
En un segundo experimento, los científicos midieron la producción de CO2 como un indicador del gasto energético de los murciélagos bajo diferentes temperaturas ambientales. Los resultados se combinaron con pronósticos de temperatura diaria producidos por el Instituto de Investigación sobre el Impacto Climático de Potsdam, bajo diversos escenarios de cambio climático. De este modo, los investigadores pudieron calcular el presupuesto energético necesario para sobrevivir al invierno en más de 12,000 ubicaciones en toda Europa.
El modelo mostró que el área de hibernación se ha desplazado hacia el noreste de Europa, aumentando en un 6.3% desde 1901. Las proyecciones futuras indican que tanto los límites sur como norte del área de hibernación potencial se desplazarán aún más hacia el norte, siendo el límite sur el que más se moverá. Desde 1901, las áreas de invernada adecuadas ya se han trasladado aproximadamente 260 kilómetros al norte.
Los autores concluyen que este desplazamiento hacia el noreste continuará, con un aumento del área de hibernación potencial que podría oscilar entre un 5.8% y un 14.2% entre 2019 y 2099, dependiendo del escenario climático. En el escenario más severo, donde se prevé que las emisiones aumenten y las temperaturas invernales se eleven en 2.35°C, se estima que el desplazamiento hacia el norte podría extenderse hasta 730 km, resultando en un desplazamiento total de aproximadamente 990 km en dos siglos.
Los murciélagos nocturnos son capaces de realizar desplazamientos de varios cientos de kilómetros en solo unas pocas décadas. Sin embargo, este cambio podría presentar desafíos si otros requisitos para la hibernación, como la disponibilidad de sitios adecuados y de alimento antes del inicio del invierno, no están disponibles en las nuevas áreas donde las temperaturas se vuelven adecuadas. La investigación destaca la importancia de comprender cómo el cambio climático afecta a la fisiología de la vida silvestre, recordando que el entorno es más que solo temperaturas ambientales.
Este estudio es crucial para adaptar las intervenciones de conservación y las medidas de protección de la vida silvestre en tiempos de cambio ambiental, reflejando la necesidad de una mayor atención a la ecología y la biología de las especies en riesgo.