Las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF) han llevado a cabo una serie de ataques aéreos contra objetivos controlados por los hutíes en Yemen, en respuesta a un ataque con misiles de este grupo rebelde que impactó en el Aeropuerto Internacional Ben Gurion, cerca de Tel Aviv. Según la IDF, alrededor de 20 aviones de combate participaron en la operación del lunes, lanzando al menos 50 municiones sobre «decenas de objetivos», incluyendo el complejo portuario de Hodeidah y una fábrica de cemento en Bajil. Las fuerzas israelíes describieron estos objetivos como críticos para la logística militar de los hutíes, alegando que sirven como conductos para envíos de armas iraníes.
Fuentes yemeníes informaron que los ataques resultaron en al menos una muerte y 35 heridos. Las operaciones de rescate continuaban el martes por la mañana, con las autoridades buscando posibles víctimas atrapadas bajo los escombros. Este ataque aéreo se produjo un día después de que un misil hutí impactara en el área del Aeropuerto Ben Gurion, causando lesiones a seis personas y perturbando temporalmente el tráfico aéreo.
Reacciones y contexto regional
Este fue el primer incidente en el que un proyectil hutí alcanzó la proximidad del principal aeropuerto internacional de Israel, lo que provocó una fuerte condena y amenazas de represalias por parte de funcionarios israelíes. El Primer Ministro Benjamin Netanyahu declaró que «Israel responderá al ataque hutí contra nuestro principal aeropuerto y, en el momento y lugar de nuestra elección, a sus amos terroristas iraníes». Los hutíes, que controlan gran parte del oeste de Yemen, incluyendo la capital Sanaa y el puerto de Hodeidah, han lanzado numerosos drones y misiles hacia el territorio israelí y buques comerciales en el Mar Rojo durante el último año. El grupo justifica sus acciones como apoyo a los palestinos y en protesta por la campaña militar de Israel en Gaza.
Los hutíes han advertido sobre un «bloqueo aéreo integral» a Israel si este prosigue con una nueva ofensiva en Gaza. A pesar de esta advertencia, Israel aprobó un plan para la ocupación militar total de Gaza y la reubicación forzada de su población palestina hacia las áreas del sur del territorio, según múltiples medios de comunicación.
Desde su regreso al poder, el presidente de EE. UU., Donald Trump, ha ordenado al Pentágono escalar los ataques contra los hutíes, advirtiendo que el grupo sería «completamente aniquilado» a menos que cesara sus ataques. Tanto Washington como Tel Aviv han acusado a Irán de armar y dirigir a los hutíes, aunque Teherán ha negado estas acusaciones. Aunque Estados Unidos no participó directamente en los últimos ataques aéreos israelíes, coordinó estrechamente con Israel, según un alto funcionario estadounidense. Además, se informó que las fuerzas estadounidenses llevaron a cabo sus propios ataques aéreos el lunes, dirigidos a posiciones hutíes cerca de Sanaa.
