
Las fuerzas de defensa israelíes han llevado a cabo una serie de ataques aéreos en Yemen, específicamente en la capital controlada por los hutíes, Sanaa. Según el comunicado de las Fuerzas de Defensa de Israel (IDF), estos bombardeos han «deshabilitado completamente» el aeropuerto internacional de la ciudad, además de atacar otros objetivos estratégicos.
La escalada de hostilidades se produjo tras un ataque con misiles por parte de los hutíes contra el Aeropuerto Internacional Ben Gurion, en las cercanías de Tel Aviv, el pasado domingo. Este ataque, que logró evadir las defensas aéreas israelíes, dejó seis heridos y provocó una breve interrupción del tráfico aéreo, marcando un hito al ser la primera vez que un proyectil hutí alcanzó esta área.
Consecuencias de los ataques
Los recientes bombardeos israelíes han resultado en al menos tres muertos y más de 30 heridos, según informes de la cadena de televisión Al Masirah, controlada por los hutíes. Además, se han atacado varias estaciones eléctricas y una planta de cemento, lo que podría agravar la ya crítica crisis humanitaria en Yemen al interrumpir los servicios eléctricos.
Los hutíes, que controlan gran parte del oeste de Yemen, han lanzado numerosos drones y misiles hacia el territorio israelí y la navegación en el Mar Rojo en el último año, argumentando que sus acciones son en apoyo a los palestinos. Tras los ataques del martes, el grupo advirtió que las acciones de Israel «no quedarán sin respuesta» y prometió un «bloqueo aéreo integral», así como ataques repetidos contra aeropuertos, específicamente el de Ben Gurion.
La comunidad internacional observa con preocupación esta escalada de violencia, que no solo afecta a la seguridad regional, sino que también podría tener repercusiones significativas en la ya deteriorada situación humanitaria en Yemen, un país que ha sido devastado por años de conflicto.