
El lanzamiento de Assassin’s Creed Shadows a principios de este año ha marcado un nuevo rumbo en la conocida franquicia de videojuegos. Ambientado en el Japón del siglo XVI, el juego presenta a dos protagonistas jugables: Naoe, una asesina japonesa ficticia, y Yasuke, un samurái de origen africano que, según la historia, fue el primer guerrero no nacido en Japón en recibir el estatus de samurái. A pesar de la aclamación por sus gráficos y su jugabilidad, el título ha desatado un intenso debate en línea, especialmente en torno a la representación de Yasuke.
Desde su anuncio, el juego enfrentó una rápida reacción en contra. Numerosos aficionados criticaron a Ubisoft, el desarrollador del juego, por supuestamente anteponer una agenda «woke» a la autenticidad histórica. Aunque gran parte de estas críticas carecían de fundamentos sólidos, la situación pronto escaló, llevando a que la académica Dr. Sachi Schmidt-Hori, consultora narrativa del juego y profesora asociada de literatura y cultura japonesa en Dartmouth College, se convirtiera en el blanco de ataques en redes sociales.
Schmidt-Hori no fue responsable del diseño de los personajes ni de la trama; su función consistió en garantizar que las costumbres, ambientaciones y el lenguaje históricos fueran representados de manera precisa. Sin embargo, esto no impidió que usuarios de foros y plataformas como Reddit comenzaran una campaña en su contra, cuestionando su investigación y atacando aspectos de su vida personal.
“¡Imagina eso! La #WOKE SJW profesional confirma una historia falsa para Ubisoft”, comentaba un usuario en Reddit, utilizando el acrónimo de “guerrera de justicia social”. Otro la describió como una “degenerada sexual que odia a la humanidad porque ningún hombre la quiere.” A pesar de que Yasuke se basa en una figura histórica que sirvió a Oda Nobunaga entre 1581 y 1582, muchos críticos, en particular hombres asiáticos, acusaron a Schmidt-Hori de intentar borrar su historia, a pesar de que su papel consistía en investigar y revisar guiones.
“Me convertí en la cara de esta reacción negativa”, declaró Schmidt-Hori. “Las personas buscaban a quién gritarle, y yo estaba ahí.” Sin embargo, en lugar de retirarse, la académica adoptó un enfoque inusitado: decidió responder con empatía. Inspirada en el líder de derechos civiles John Lewis, optó por generar lo que él describía como “problemas constructivos”.
Comenzó a responder algunos de los correos agresivos que recibía, preguntando a los remitentes por qué estaban enojados con ella e invitándolos a mantener conversaciones cara a cara a través de Zoom. Muchos de aquellos que habían dejado comentarios llenos de odio se han disculpado posteriormente. Anik Talukder, un hombre de 28 años de ascendencia surasiática que vive en el Reino Unido, confesó haber “aprendido una lección enorme” y se disculpó en numerosas ocasiones con Schmidt-Hori tras aceptar su invitación para discutir su comentario en Reddit.
“Nadie queda indemne ante esta cultura tan polarizada,” afirmó Schmidt-Hori. “Solo espero que las personas intenten tratarse entre sí como seres humanos. Y funcionará, lo prometo.”