
La evolución de la inteligencia artificial (IA) y las tecnologías del metaverso están transformando el marketing en la industria de la moda rápida. Los clones digitales, siempre disponibles, inalterables por el paso del tiempo y adaptables a cualquier entorno, permiten a las marcas crear campañas inmersivas y rentables que conectan con los consumidores de la era digital.
Los influencers virtuales, personajes creados digitalmente para entretener, generar contenido y promocionar marcas, ganan cada vez más influencia, especialmente entre la Generación Z y los públicos digitales. Estos personajes varían en su composición: algunos, como Lil Miquela y Shudu, son completamente generados por ordenador, mientras que otros, como Hatsune Miku, combinan elementos humanos como voz o movimiento. Los influencers híbridos integran componentes reales y virtuales, lo que permite una personalización específica para las marcas y potencia la visibilidad, el engagement y el rendimiento en el mercado.
Los gemelos digitales y su impacto en la moda
Los gemelos digitales, réplicas virtuales de personas reales, están ganando terreno en marketing, mejorando la personalización, agilizando la creación de contenido y profundizando la conexión con el cliente. En el mundo de la moda, estos gemelos ofrecen una forma de mantener un sentido de conexión humana mientras utilizan la IA para lograr precisión y volumen. La empresa H&M ha introducido recientemente gemelos digitales generados por IA de modelos reales para publicidad y contenido en redes sociales, un movimiento que ha suscitado un amplio debate en la industria.
Si bien la marca resalta las ventajas, como la reducción de costos de producción y la aceleración del desarrollo de catálogos, algunos críticos han manifestado preocupaciones éticas sobre la representación y la transparencia. Estos gemelos digitales se consideran herramientas «frente a la cámara»: avatares estáticos utilizados en contenido visual sin una presencia independiente en redes sociales. A diferencia de los influencers virtuales, no interactúan con las audiencias ni construyen seguidores, funcionando simplemente como sustitutos visuales de modelos tradicionales, quienes son compensados por el uso de sus imágenes, similar a las campañas convencionales.
El uso de modelos digitales se orienta hacia la eficiencia operativa, permitiendo la prueba y ajuste de estrategias creativas antes de su implementación, reduciendo costos y ofreciendo experiencias digitales inmersivas que pueden fortalecer la conexión y lealtad del cliente hacia la marca.
Sin embargo, la llegada de estos influencers y gemelos digitales plantea múltiples desafíos éticos y legales. Las innovaciones suscitadas por esta tendencia ponen en tela de juicio la posible sustitución de talentos humanos, como modelos, maquilladores, estilistas y fotógrafos, así como las implicaciones más amplias para las industrias creativas. Las preocupaciones clave giran en torno al consentimiento y la compensación, ya que el uso no autorizado de la imagen de un individuo, incluso en formato digital, conlleva riesgos de explotación y subraya la necesidad de establecer estándares y protecciones claras.
A medida que las líneas entre la realidad y la fabricación digital se difuminan, las marcas corren el riesgo de erosionar la confianza del consumidor. La autenticidad que valoran los públicos puede verse comprometida si el contenido generado por IA se percibe como engañoso o inauténtico. Las empresas deben proceder con cautela, equilibrando la innovación con la transparencia. La diversidad es otro aspecto crítico; aunque la IA permite la personalización, también puede perpetuar sesgos o crear una ilusión de inclusión sin una representación genuina. A medida que la IA se propaga, será esencial asegurar que los modelos digitales apoyen, en lugar de obstaculizar, un avance significativo en la representación.
Por tanto, las marcas deben implementar marcos éticos que aseguren que la IA potencie la creatividad manteniendo la integridad, la inclusividad y la responsabilidad legal. Los clones digitales ofrecen a las marcas de moda rápida una herramienta poderosa para crear experiencias de compra personalizadas y permitir una mayor representación de diversos tipos de cuerpo y preferencias de estilo, lo que puede mejorar significativamente la satisfacción del cliente y la lealtad a la marca. Para garantizar una integración ética, es crucial la transparencia; las marcas deben divulgar claramente cuándo se utilizan modelos digitales en sus campañas, y estas representaciones digitales deben abarcar una amplia variedad de demografías para promover realmente la inclusividad.
Establecer salvaguardias éticas y legales es igual de importante. La creación de clones digitales requiere un consentimiento explícito y una atención cuidadosa a los derechos de propiedad intelectual. Sin directrices y permisos claros, las marcas corren el riesgo de violar la privacidad, mal utilizar las imágenes y enfrentarse a repercusiones legales. En este contexto, la implementación de prácticas responsables es fundamental para asegurar un futuro donde la innovación tecnológica y la ética vayan de la mano.