
La financiación federal para la investigación no se destina exclusivamente a los científicos. En muchos de los subsidios federales que apoyan la investigación básica, se requiere que los descubrimientos sean compartidos con quienes no son científicos. Este componente, conocido como «impactos más amplios», promovido por la Fundación Nacional de Ciencia de EE. UU. (NSF, por sus siglas en inglés), puede marcar una gran diferencia para estudiantes y profesores de educación primaria y secundaria, visitantes de museos, científicos ciudadanos y otras personas interesadas en la ciencia, al tiempo que ayuda a los propios científicos a retribuir a los contribuyentes que financian su trabajo.
La investigación básica, a menudo impulsada por el interés de un científico curioso, puede no tener inicialmente una aplicación directa, como el desarrollo de un smartphone o la cura de una enfermedad. Sin embargo, estos descubrimientos contribuyen a generar un conocimiento fundamental en las ciencias naturales, la ingeniería, las matemáticas y disciplinas afines.
Estados Unidos es un líder mundial en innovación científica y tecnológica. A nivel federal, la NSF es uno de los principales financiadores de este tipo de investigación básica. En 2022, el gobierno federal financió el 40% de toda la investigación básica realizada en EE. UU., siendo el resto proveniente de otras fuentes, incluido el sector empresarial.
Durante la Segunda Guerra Mundial, el presidente Franklin D. Roosevelt buscó posicionar a EE. UU. como líder estratégico y económico a nivel mundial. Para ello, comisionó al físico Vannevar Bush para desarrollar una visión sobre el futuro de la ciencia y la tecnología en el país. Su informe de 1945, «La ciencia: la frontera sin fin», se convirtió en la guía para la investigación básica financiada por el gobierno. En 1950, el Congreso creó la NSF con el objetivo de promover el progreso de la ciencia, avanzar en la prosperidad y el bienestar nacional y asegurar la defensa nacional.
Actividades de impacto más amplio
A lo largo de los años, muchos científicos han asumido la responsabilidad de devolver a la sociedad mediante actividades que generan impactos más amplios. Un ejemplo ilustrativo es la investigación sobre caballos fósiles, un grupo de interés público que ayuda a atraer la atención hacia la investigación científica. A través de actividades como la colaboración con profesores de ciencias de educación primaria y secundaria para desarrollar planes de lecciones, se ha podido enseñar a los estudiantes sobre la adaptación de los dientes de los caballos fósiles al consumo de pasto.
Además, se han implementado proyectos que promueven la participación activa de la comunidad en la ciencia. Por ejemplo, la iniciativa «Fossils4Teachers» permite a coleccionistas de fósiles colaborar con profesores para desarrollar material didáctico, que luego se implementa en el aula.
Las actividades de impacto más amplio pueden tener una variedad de resultados, tanto a corto como a largo plazo. Más de 50 millones de personas visitan anualmente museos de historia natural en EE. UU., lo que demuestra el potencial de estas actividades para llegar a un amplio público en su búsqueda de aprendizaje continuo.
Las inversiones federales en investigación básica han beneficiado a generaciones de científicos en EE. UU. En los 75 años desde la fundación de la NSF, se han financiado cientos de miles de proyectos que han impulsado el avance de la ciencia y la tecnología. Estos proyectos no solo han apoyado descubrimientos, sino también la formación y el desarrollo profesional de miles de científicos que trabajan anualmente en estas iniciativas.
Aunque los proyectos financiados por la NSF no han tenido tradicionalmente aplicaciones directas para el beneficio de la sociedad, muchos de ellos, como los relacionados con láseres y nanotecnología, comenzaron como investigaciones impulsadas por la curiosidad y terminaron generando aplicaciones importantes para la innovación tecnológica y la prosperidad económica.
Las investigaciones básicas han permitido avances significativos en el conocimiento del mundo natural, y las actividades de impacto más amplio han añadido un valor adicional, evidenciando la importancia de la investigación científica no solo para la comunidad científica, sino para toda la sociedad.