
El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, se prepara para realizar una visita oficial a la región del Golfo Pérsico, con paradas en Arabia Saudí, Qatar y los Emiratos Árabes Unidos. La visita, que se llevará a cabo el 13 de mayo, se produce en un contexto de tensiones geopolíticas significativas. Entre los temas que se abordarán se encuentran las negociaciones para un alto el fuego en el conflicto entre Israel y Gaza, así como cuestiones relacionadas con el petróleo, el comercio y la inversión.
Monica Malik, economista jefe del Abu Dhabi Commercial Bank, ha señalado que se esperan numerosos anuncios, incluyendo la posible eliminación de los aranceles del 10% impuestos por Trump sobre el aluminio y el acero, lo que beneficiaría a los Estados del Golfo, a pesar de que estos metales representan solo una pequeña parte del PIB de esos países.
Relaciones y negociaciones estratégicas
Trump ha mantenido históricamente una relación cálida con los Estados árabes del Golfo, especialmente con los Emiratos y Arabia Saudí, donde sus hijos tienen varios negocios. Estas relaciones podrían fortalecer la posición de estos países en la negociación de nuevos acuerdos comerciales, aunque también han generado preocupaciones entre los críticos sobre posibles conflictos de interés, acusaciones que la familia Trump rechaza.
Durante su primer mandato, la primera visita exterior de Trump fue a Arabia Saudí, un país que ahora alberga negociaciones para poner fin a la guerra entre Rusia y Ucrania, lo que aumenta su relevancia para Washington. Por su parte, Qatar ha jugado un papel central en las negociaciones entre Israel y Hamás sobre altos el fuego y liberación de rehenes.
Además, en el marco de la visita presidencial, varios titanes de Wall Street y Silicon Valley se trasladarán a Arabia Saudí. Un foro de inversión saudí-estadounidense programado para el 13 de mayo contará con la presencia de figuras como Larry Fink de BlackRock y Alex Karp de Palantir. La economista Malik también anticipa numerosos anuncios de acuerdos de inversión, tanto por parte de los Emiratos hacia Estados Unidos como en sentido contrario.
Arabia Saudí y los Emiratos han invertido considerablemente en infraestructura de inteligencia artificial, con el objetivo de convertirse en centros globales para esta tecnología. Los líderes de estos países están atentos a la futura exportación de semiconductores estadounidenses, cuya transferencia ha estado limitada por preocupaciones de seguridad nacional.
En el ámbito nuclear, la administración Trump ha estado involucrada en conversaciones con Irán sobre su programa nuclear, un tema que cuenta con el apoyo de los Emiratos y Arabia Saudí, contrastando con la actitud de ambos países durante el gobierno de Obama. Por otro lado, Arabia Saudí ha solicitado la ayuda de EE.UU. para desarrollar su propio programa nuclear civil, una cuestión que podría ser discutida durante la visita.
Trump también se ha comprometido a poner fin a la guerra en Gaza, aunque sus comentarios sobre la posibilidad de que EE.UU. tome control de la Franja han generado críticas entre los líderes árabes. La administración estadounidense ha propuesto recientemente un alto el fuego de 21 días, mientras que Israel ha aprobado la expansión de sus operaciones militares en Gaza.
Asimismo, se prevé que la visita de Trump aborde cuestiones relacionadas con el petróleo. Históricamente, Trump ha instado a los Estados de la OPEP, liderados por Arabia Saudí, a aumentar la producción de petróleo para reducir los precios en EE.UU. Sin embargo, la situación actual en los mercados podría forzar a Arabia Saudí a reconsiderar su estrategia, dado que los precios del petróleo han estado por debajo de lo esperado, afectando a sus ingresos.