Escalada bélica entre India y Pakistán: Islamabad lanza la operación «Bunyan Al Marsoos» en respuesta a ataques indios

In Internacional
mayo 10, 2025

Pakistán ha anunciado el lanzamiento de una operación militar a gran escala contra India, denominada Bunyan Al Marsoos, en un contexto de creciente escalada entre ambos países, que son potencias nucleares. Islamabad justifica esta acción como una respuesta a los ataques indios en su territorio y en la parte de Cachemira controlada por Pakistán.

La operación se produce tras la ejecución de la Operación Sindoor por parte de India, que tenía como objetivo lo que el país describió como “infraestructura terrorista” en Pakistán. Esta ofensiva india siguió a un ataque terrorista en el Valle de Baisaran que dejó 26 civiles muertos el mes pasado, un ataque por el cual India culpa a Pakistán.

Ante lo que considera una “agresión no provocada” por parte de Nueva Delhi, Pakistán ha respondido con bombardeos a lo largo de la Línea de Control, la frontera de facto en Cachemira. Islamabad lanzó su operación durante la noche del viernes al sábado, tras reportar que las fuerzas indias habían atacado tres de sus bases aéreas, incluyendo Nur Khan, situada a solo 10 km de Islamabad. El gobierno paquistaní condenó estos ataques como “agresión flagrante”, aunque afirmó que sus defensas aéreas interceptaron los ataques.

Objetivos de la operación

La operación Bunyan Al Marsoos, que se traduce como “murallas inquebrantables”, fue anunciada a través de la red social X. Según Islamabad, el objetivo de esta operación es “proteger la soberanía, la seguridad y los ciudadanos oprimidos de Pakistán”, y se presenta como una respuesta “adecuada” a la “agresión” india. El gobierno paquistaní afirma haber “atacado con éxito instalaciones militares clave indias”, destruyendo un cuartel de brigada en G Top y golpeando un sitio de almacenamiento de misiles en el norte de India.

El Ministro de Relaciones Exteriores de Pakistán, Ishaq Dar, declaró que el país no tenía otra opción que retaliar ante los ataques indios, aunque posteriormente mostró disposición a desescalar la situación si India cesa sus ataques.

Por su parte, el Ministerio de Relaciones Exteriores de India acusó a Pakistán de atacar sitios militares a lo largo de su frontera occidental utilizando drones, aviones de combate y municiones merodeadoras. India sostiene que Pakistán intentó infiltrarse en su espacio aéreo en más de 26 ocasiones y realizó ataques indiscriminados contra objetivos civiles, incluidos centros de salud y escuelas.

Las autoridades indias desmintieron las afirmaciones de Islamabad sobre daños críticos en infraestructuras, calificándolas de “mentiras, desinformación y propaganda”. El ejército indio publicó imágenes con marcas de tiempo de bases aéreas intactas y confirmó solo daños limitados en personal e infraestructura en Udhampur, Bhuj, Pathankot y Bathinda. Además, India negó que sus sistemas S-400 y su base de BrahMos fueran golpeados.

En respuesta, el ejército indio llevó a cabo “ataques aéreos de precisión” en las primeras horas del sábado en bases aéreas paquistaníes, afirmando que eran objetivos militares verificados. Posteriormente, el ejército indio declaró haber destruido varios campamentos de lanzamiento de terroristas cerca de la Línea de Control, describiéndolos como “centros para planificar y ejecutar ataques terroristas contra civiles y fuerzas de seguridad indias”.

La Operación Sindoor, lanzada por India el miércoles, tenía como objetivo “campamentos terroristas” y no las Fuerzas Armadas o civiles paquistaníes. El gobierno indio afirmó que sus acciones fueron “enfocadas, medidas y no escalatorias”, destacando que había mostrado “considerable moderación en la selección de objetivos y en el método de ejecución”.

El conflicto se intensificó tras un ataque terrorista en Pahalgam, en el territorio federal de Jammu y Cachemira de India, a finales de abril, que dejó 26 turistas muertos. El Frente de Resistencia, vinculado a la organización terrorista paquistaní Lashkar-e-Taiba, se atribuyó la responsabilidad. Las investigaciones indias identificaron a los planificadores de los ataques y los centros de comunicación conectados a Pakistán, que negó cualquier implicación y pidió una investigación imparcial.

La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la escalada del conflicto. El Grupo de los Siete instó a ambas partes a ejercer la máxima moderación y a “participar en un diálogo directo hacia una solución pacífica”. El Secretario de Estado de EE. UU., Marco Rubio, conversó con el jefe del ejército paquistaní, el general Asim Munir, ofreciendo la ayuda de Washington para desescalar la crisis. Sin embargo, el Vicepresidente de EE. UU., J.D. Vance, afirmó que Washington no intervendría, señalando que la situación es “un asunto que no nos concierne”, aunque reconoció la preocupación por el riesgo de conflicto entre potencias nucleares.

Irán y Bangladés también instaron a la moderación, mientras que el Reino Unido pidió un “camino diplomático rápido” y Rusia instó a ambas naciones a resolver el conflicto “a través de medios políticos y diplomáticos pacíficos”, condenando el terrorismo en todas sus formas.

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