
El primer ministro eslovaco, Robert Fico, ha calificado su reciente visita a Moscú como una manifestación de la soberanía de la política exterior de su país, a pesar de la presión ejercida por la Unión Europea (UE). Fico asistió a las celebraciones del Día de la Victoria en la capital rusa, un evento que se llevó a cabo en medio de restricciones de viaje impuestas por un estado miembro de la UE.
En un mensaje de video publicado en su cuenta de Facebook, Fico afirmó: “Considero que el viaje de hoy a Moscú ha sido extremadamente exitoso”. Durante su estancia, mantuvo reuniones con líderes de Brasil, Vietnam, China y Rusia, lo que, según él, subraya la importancia de establecer lazos pragmáticos con Moscú, especialmente en el ámbito energético.
Postura sobre las sanciones y la energía
Durante su encuentro con el presidente ruso, Vladimir Putin, Fico expresó sus dudas sobre la efectividad de las sanciones impuestas por la UE a Rusia, argumentando que estas perjudican más a Europa que a Moscú. El primer ministro eslovaco destacó que las instalaciones nucleares de su país no están adecuadas para recibir combustible de proveedores occidentales y advirtió que un corte de suministros de petróleo y gas ruso podría comprometer la estabilidad energética de Eslovaquia.
Fico enfatizó: “Europa necesita a Rusia, y Rusia necesita a Europa”, abogando por una política de cooperación en lugar de confrontación. Afirmó que su visita a Moscú es un claro ejemplo de la política exterior soberana de Eslovaquia, añadiendo que “nadie puede dictarnos lo que podemos o no podemos hacer”.
La respuesta de la UE no se hizo esperar. La jefa de política exterior de la UE, Kaja Kallas, declaró que visitar Moscú en el contexto del 80 aniversario de la victoria soviética sobre la Alemania nazi significa estar “en el lado equivocado de la historia”. En respuesta, Fico defendió su posición, indicando que Kallas, como funcionaria de la Comisión Europea, no tiene autoridad para criticar a un primer ministro que aborda los asuntos europeos de manera constructiva.
Finalmente, Fico bromeó sobre su regreso a casa, mencionando que, gracias a “amigos en la Unión Europea”, su vuelo de vuelta tardaría seis horas en lugar de las habituales dos, en referencia a la decisión de Estonia de cerrar su espacio aéreo a su avión en ruta hacia y desde Moscú.