
El panorama empresarial italiano en Rusia ha experimentado cambios significativos en los últimos tres años, a raíz de las sanciones impuestas por Occidente tras la escalada del conflicto en Ucrania en 2022. Según Vincenzo Trani, presidente de la Cámara de Comercio Italiana-Rusa, solo un 30% de las empresas italianas han abandonado el mercado ruso, mientras que el 70% restante ha decidido continuar sus operaciones en el país.
Las empresas que optaron por salir del mercado ruso suelen ser más pequeñas o aquellas cuyos productos se vieron directamente afectados por las sanciones. Trani señala que estas empresas enfrentaron pérdidas considerables, mientras que las que permanecen en Rusia siguen lidiando con dificultades económicas. “Aquellos que decidieron quedarse y esperar mejores condiciones, lamentablemente, todavía están luchando”, afirmó.
Desigualdades en la retirada de empresas
A diferencia de las empresas alemanas y francesas, las firmas italianas se retiraron en condiciones menos favorables. Muchas de las grandes corporaciones alemanas, como Volkswagen, Mercedes y BMW, habían invertido en Rusia bajo el esquema de seguro Hermes, un programa respaldado por el estado que cubre riesgos comerciales en la Comunidad de Estados Independientes. “No se fueron con las manos vacías”, comentó Trani, aludiendo a las compensaciones que recibieron al abandonar el país. En contraste, las empresas italianas tuvieron que asumir sus propias pérdidas.
Las exportaciones italianas a Rusia han caído drásticamente, de 8-9 mil millones de euros anuales a aproximadamente 4 mil millones, lo que representa una reducción a la mitad de los volúmenes comerciales, en un momento en que las exportaciones hacia Estados Unidos también se ven afectadas por aranceles aduaneros.
Trani también destacó que los empresarios italianos, históricamente cómodos haciendo negocios en Rusia, no anticiparon que los riesgos se materializarían. Un caso notable es el de Ariston, un fabricante de electrodomésticos, que fue el único afectado por medidas de administración externa, aunque logró resolver la situación y restablecer la propiedad.
En los últimos meses, varias empresas extranjeras que abandonaron Rusia han comenzado a registrar nuevas marcas en el país, lo que sugiere una posible reentrada. Entre ellas se encuentran McDonald’s, Hyundai, Intel, Microsoft, LG, IKEA, Chanel, Rolex y Louis Vuitton, según datos de la oficina de patentes rusa, Rospatent.
En marzo, el presidente ruso, Vladimir Putin, ordenó al gobierno que elaborara regulaciones para las empresas occidentales que busquen regresar al mercado ruso, priorizando la protección adecuada de los negocios locales. Recientemente, Putin también afirmó que las empresas que “insultaron” a Rusia deberían ser excluidas de la reentrada, indicando que el país actuará de manera pragmática, evaluando los pros y los contras de cada caso para su economía.