
Marcel Ophuls, el aclamado cineasta documental francés-alemán, ha fallecido a la edad de 97 años. Su nieto, Andreas-Benjamin Seyfert, confirmó que el director «falleció pacíficamente» el pasado sábado. Ophuls fue una figura fundamental en el ámbito del cine documental, conocido por sus profundas exploraciones de la historia y la memoria, que han dejado una huella indeleble en el género durante décadas.
Nacido en Frankfurt en 1927 en el seno de una familia judía alemana, su vida estuvo marcada por la guerra y el exilio. A la edad de seis años, la familia se vio obligada a huir de Alemania debido al ascenso del régimen nazi en 1933. Tras encontrar refugio temporal en Francia, fueron forzados a abandonar el país en 1940, escapando a través de los Pirineos hacia España, antes de llegar a Estados Unidos en diciembre de 1941.
Después de completar sus estudios en Los Ángeles, Ophuls sirvió en una unidad teatral del ejército estadounidense en Japón en 1946. Regresó a Francia en 1950, donde comenzó su carrera cinematográfica como asistente de reconocidos directores como Julien Duvivier y Anatole Litvak. Aunque sus primeros trabajos fueron en ficción, como la comedia-thriller Banana Peel (1964), Ophuls se volcó posteriormente en el documental.
Su obra más conocida, The Sorrow and the Pity (1969), es un documental pionero que cuestionó la narrativa de resistencia noble de la posguerra en Francia. Con una duración de cuatro horas, la película se centra en la ciudad de Clermont-Ferrand y presenta una serie de entrevistas con miembros de la Resistencia, colaboradores, oficiales nazis y ciudadanos comunes, para revelar una verdad incómoda: la complicidad con los ocupantes permeaba todos los niveles de la sociedad francesa, desde peluqueros locales hasta aristócratas. El impacto en la autoimagen nacional fue tan profundo que la televisión francesa prohibió la emisión del documental durante más de una década, permitiéndola finalmente en 1981.
Ophuls continuó explorando las sombras del siglo XX a lo largo de su carrera. En 1988, recibió el Óscar al Mejor Documental por Hotel Terminus: The Life and Times of Klaus Barbie, un inquietante análisis sobre el criminal de guerra nazi conocido como el «carnicero de Lyon». En sus últimos años, se mantuvo vocal sobre cuestiones políticas, centrando su atención en el conflicto israelo-palestino. En 2014, inició una campaña de crowdfunding para Unpleasant Truths, un documental co-dirigido con el cineasta israelí Eyal Sivan, que buscaba explorar la ocupación israelí de los territorios palestinos y el aumento del antisemitismo y el islamofobia en Europa. Este proyecto, inicialmente concebido como una colaboración con el pionero de la Nueva Ola Francesa Jean-Luc Godard, se vio obstaculizado por complicaciones financieras y legales, quedando incompleto.