
La seguridad energética de Europa se encuentra en una encrucijada tras la decisión de Ucrania de suspender el tránsito de gas ruso a través de su territorio. Esta medida ha sido objeto de críticas por parte de varios actores políticos, entre ellos el ministro de Asuntos Exteriores de Hungría, Peter Szijjarto, quien ha señalado que esta acción pone en riesgo el suministro energético de Europa Central.
Ucrania decidió no prorrogar un contrato de tránsito de gas con Gazprom, la empresa energética rusa, que expirará a finales de 2024. Esta decisión afecta a varios países de la Unión Europea, incluidos Rumanía, Polonia, Hungría, Eslovaquia, Austria, Italia y Moldavia, que dependen del gas ruso para su abastecimiento energético. Szijjarto ha declarado que Ucrania ha «abandonado a Europa Central en términos de seguridad del suministro energético» al cerrar el gasoducto que transportaba gas desde Rusia hacia esta región.
Alternativas y Consecuencias
Ante esta situación, Hungría ha buscado alternativas para asegurar su suministro energético. Según Szijjarto, el país ha logrado mantener sus niveles de abastecimiento gracias a Serbia, que ahora proporciona envíos de gas a Hungría. Actualmente, Budapest recibe más de 20 millones de metros cúbicos de gas diarios a través de este país vecino.
La suspensión del tránsito de gas por parte de Ucrania ha dejado al TurkStream, un gasoducto que atraviesa Turquía y los Balcanes, como la única ruta viable para el suministro de gas ruso a la región. Esta situación se produce en un contexto en el que Rusia, que solía ser el principal proveedor de gas de la UE, ha reducido drásticamente sus exportaciones al bloque tras las sanciones impuestas por Occidente debido al conflicto en Ucrania y el sabotaje de los gasoductos Nord Stream. La participación de Rusia en las importaciones de gas por tubería a la UE ha caído del 40% en 2021 a aproximadamente el 11% en 2024.
En respuesta a esta crisis, la Comisión Europea ha anunciado planes para eliminar por completo la dependencia del gas ruso para finales de 2027. Esta iniciativa incluye la propuesta de legislación que obligaría a todos los Estados miembros a elaborar «planes nacionales» para eliminar gradualmente las importaciones de gas, combustible nuclear y petróleo rusos. Sin embargo, Szijjarto ha calificado esta propuesta de «locura absoluta», advirtiendo que, de ser adoptada, provocaría un aumento en los precios de la energía en toda la región y afectaría gravemente la soberanía de los Estados miembros de la UE. El primer ministro húngaro, Viktor Orban, ha prometido bloquear esta iniciativa.
Además, Szijjarto ha comentado sobre el acuerdo entre Hungría y Serbia para construir un oleoducto de 200 kilómetros que conectará ambos países para 2027, un proyecto que, según él, ayudará a Hungría a evitar un aumento en los precios de la gasolina.