La administración Trump confía en atraer inversores para el ambicioso proyecto de gas natural en Alaska

In Economía
junio 03, 2025

La administración Trump muestra un optimismo notable respecto a un ambicioso proyecto de gas natural licuado en Alaska, a pesar de la abultada inversión que se requiere, estimada en más de 40.000 millones de dólares. Este proyecto, conocido como Alaska LNG, ha sido promovido como una prioridad nacional desde el inicio del mandato del presidente Trump.

El plan consiste en construir un oleoducto de 800 millas que conecte la costa norte de Alaska, situada por encima del Círculo Ártico, con el Inlet de Cook, donde el gas se enfriaría y se enviaría a aliados de Estados Unidos en Asia. Aunque el proyecto ha estado en la agenda durante décadas, ha enfrentado numerosos obstáculos que han impedido su realización.

Incentivos y desafíos

Trump ha instado a países como Japón y Corea del Sur a invertir en Alaska LNG, sugiriendo que podrían enfrentar aranceles más altos si no acceden a acuerdos comerciales favorables. Chris Wright, Secretario de Energía, ha manifestado que la financiación del proyecto podría ser sencilla si se consigue asegurar compradores para el gas, citando el interés de varias naciones en reducir sus déficits comerciales con Estados Unidos.

Sin embargo, analistas del sector energético han expresado su escepticismo. Alex Munton, director de investigación de gas global y LNG en Rapidan Energy, ha señalado que Alaska LNG carece de una lógica comercial clara, lo que ha dificultado obtener un respaldo significativo a lo largo de los años.

El proyecto se planea desarrollar en etapas, comenzando por satisfacer la demanda interna en Alaska, que actualmente enfrenta una disminución en sus suministros de gas natural en el Inlet de Cook. Además, el Departamento de Defensa ha mostrado su disposición a apoyar la iniciativa, resaltando la importancia estratégica del gas para sus bases en Alaska.

Una vez en funcionamiento, se estima que Alaska LNG podría trasladar gas natural a Japón en aproximadamente ocho días, un tiempo significativamente menor en comparación con los 24 días que tomarían las exportaciones desde la costa del Golfo de EE.UU., que atraviesan el congestionado Canal de Panamá.

A pesar de las dudas sobre el cronograma y la logística del proyecto, que podría comenzar a entregar LNG a Alaska en 2028 o 2029, el desarrollador principal, Glenfarne Group, espera tomar una decisión de inversión final en los próximos seis a doce meses para una sección del oleoducto que conectará la costa norte con Anchorage.

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