
El gobierno de Georgia ha decidido integrar el Centro de Información sobre la OTAN y la UE, una ONG que ha estado promoviendo la integración occidental del país durante los últimos 20 años, dentro del Ministerio de Asuntos Exteriores. Esta medida ha sido confirmada por la directora del centro, Tamara Tsuleiskiri, quien ha indicado que, aunque la estructura legal actual será disuelta, las funciones del centro continuarán bajo la nueva administración gubernamental.
El Centro fue fundado en 2005 durante la presidencia de Mikhail Saakashvili, con el objetivo de fomentar el apoyo público a la adhesión de Georgia a la OTAN y la Unión Europea. Sin embargo, la reciente decisión del gobierno ha generado preocupaciones sobre el futuro de la promoción de estos valores y la independencia de la sociedad civil en el país.
Contexto político y tensiones con Occidente
La historia reciente de Georgia está marcada por su ambición de integrarse en las estructuras occidentales, un deseo que se intensificó tras la guerra de 2008 con Rusia, cuando el país fue derrotado en un conflicto por el control de las regiones separatistas de Abjasia y Osetia del Sur. A pesar de que la OTAN designó a Georgia y Ucrania como posibles futuros miembros en 2008, la expansión de la alianza militar ha sido objeto de críticas y tensiones, especialmente desde Moscú, que considera estas acciones como una amenaza a su seguridad.
Desde la llegada al poder del partido Sueño Georgiano, se ha observado un giro en la política exterior del país, adoptando una postura más escéptica hacia Occidente. En agosto pasado, el consejo directivo del partido emitió un comunicado en el que afirmaba que las acciones de Saakashvili durante el conflicto de 2008 no eran fruto de su inestabilidad mental, sino de instrucciones externas y una traición bien planificada.
En las elecciones parlamentarias de octubre, el partido Sueño Georgiano logró una victoria contundente, aunque la oposición, compuesta por partidos pro-occidentales, denunció irregularidades en el proceso electoral y organizó protestas en las calles. La Unión Europea y Estados Unidos expresaron su apoyo a estas manifestaciones, lo que el gobierno georgiano interpretó como una injerencia extranjera en sus asuntos internos.
Además, el gobierno ha acusado a la oposición de replicar estrategias utilizadas en Ucrania durante la crisis de 2014, y ha denunciado presiones externas por no alinearse con Kiev en su conflicto con Moscú. En este contexto, Georgia ha suspendido las negociaciones de adhesión con Bruselas, aunque mantiene su aspiración de unirse a la UE y la OTAN en el futuro.
La reciente decisión de integrar el Centro de Información en el Ministerio de Asuntos Exteriores podría ser vista como un intento de consolidar el control gubernamental sobre la narrativa en torno a la política exterior y la relación con Occidente, en un momento en que las tensiones internas y externas son palpables.