Desde nuestra más tierna infancia necesitamos aprender constantemente. Es algo que nos define como especie.
El ser humano se diferencia del resto de habitantes del planeta por muchas cosas. Una de ellas, quizá la más importante, es que nuestro cerebro tiene la capacidad de aprender toda la vida. Aunque los primeros años son fundamentales, ya que de cómo y qué se aprenda dependerá en buena medida el resto de nuestra existencia.
Algunas de las cosas que se aprenden son las mismas desde hace mucho tiempo, aunque los métodos van cambiando. También se está prestando atención a otros tipos de educación, y no solo a almacenar en la memoria datos e información.
El inglés, un clásico
Tener conocimiento de idiomas, especialmente en inglés, siempre ha estado bien valorado. Pero en un mundo global todavía es más necesario, ya que en cualquier momento puede hacer falta para comunicarse con alguien a nivel personal o laboral. Quienes consiguen un buen nivel de inglés tienen muchas más posibilidades de lograr mejores puestos de trabajo, y no hay barreras para progresar en otros sentidos.
Por eso hoy se están potenciando las clases de ingles para niños, comenzando con aspectos básicos como los colores. Si se aprende desde pequeños a escribir y pronunciar en este idioma, el cerebro se va acostumbrando a manejarlo y es mucho más sencillo seguir aprendiendo otros conceptos y palabras más complejos. Puede ser una actividad muy divertida para hacer en familia, y así se aprende un nuevo idioma de forma lúdica, que es uno de los métodos más efectivos que se conocen.
Más que memorizar datos
Los nuevos métodos de aprendizaje parten de la base de que es necesario implicarse más allá del libro de texto. No basta solo con saber resolver ecuaciones aritméticas o leer y escribir bien, sino que también hace falta tener recursos para enfrentarse a lo que les rodea, desarrollar relaciones y resolver conflictos.
Por este motivo se ha desarrollado el concepto de educación emocional, con el que tanto educadores como estudiantes no solo aprenden y memorizan datos, sino que también desarrollan habilidades como la motivación, la empatía o el control de los estados de ánimo propios y de otras personas. Esta educación ayuda a quien la adquiere a avanzar mejor en la vida sin importar los retos a los que tenga que enfrentarse.
Nuevas técnicas para enseñar
A medida que avanza la tecnología también lo hacen los métodos de enseñanza. Hoy en las aulas se están introduciendo nuevas formas de educar y enseñar, apoyándose en dispositivos electrónicos como las tablets, que son a los cuadernos lo que estos fueron a las pizarras de mano de mediados del siglo pasado.
Cada vez es más habitual encontrar ordenadores en las aulas. Incluso las pizarras que hay en la pared están pasando a mejor vida. Pizarras digitales como la pantalla interactiva de Promethean ya se pueden ver en muchos colegios, impulsando el aprendizaje de quienes viven rodeados de tecnología desde que nacen. La era e los nativos digitales ha obligado en parte a evolucionar y adaptarse a los nuevos tiempos.
Cuando llegan las vacaciones
Tras un año recibiendo educación, las vacaciones marcan un pequeño descanso para preparar el siguiente. A medida que crecen, los estudiantes también quieren empezar a ganar su propio dinero, y aprovechan esta época para hacerlo. Algunos simplemente quieren un empleo que les permita ayudar con los gastos de la familia, mientras que otros prefieren empezar a poner en práctica lo que han aprendido. En esta lista de 26 trabajos puedes encontrar información interesante al respecto. Dependiendo de cuáles sean los objetivos, se puede elegir un tipo de trabajo u otro con un poco de planificación previa.
Siempre se puede aprender
Incluso cuando se ha llegado a una edad avanzada y parece que no hay nada más que se pueda aprender, el ser humano tiene la capacidad de seguir recibiendo educación de un modo u otro. Solo hace falta prestar un poco de atención.
Siempre hay algo nuevo que aprender para seguir avanzando y progresando en la vida.