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Cambiemos la rueda pinchada de la historia

In Opinión
enero 06, 2017

Si como decía Jorge Dimitrov, la rueda la historia gira y seguirá girando hasta el triunfo definitivo del comunismo, es obvio que hemos sufrido un pinchazo en el camino, y antes de continuar avanzando toca arreglarlo.

Desde que allá por el año 2013, el trotskista multimillonario Jaume Roures decidiera lanzar al estrellato a Pablo Iglesias y su grupo de amigos, la izquierda vive una especie de shock anafiláctico, que está siendo aprovechado por los arribistas que toda la vida han sido una minoría vergonzante, para hacerse con las principales organizaciones políticas del estado.

En un país con más de cuatro millones de parados, con la segunda mayor tasa europea de menores viviendo en hogares bajo el umbral de la pobreza, donde de media dos trabajadores mueren al día en accidente laboral por la precarización del empleo, donde han expulsado de su casa a casi un millón de familias desde el inicio de la crisis, y donde 5,1 millones de personas pasan frío en invierno por no poder pagar las facturas energéticas; nos encontramos las calles vacías, la derecha ganando elección tras elección, las direcciones de los sindicatos mayoritarios escondidas en sus respectivos agujeros, y la izquierda mediática debatiendo sobre las cabalgatas de Reyes Magos, o si al frente de Podemos deben estar los pablistas o los errejonistas.

Las organizaciones que deberían defender la lucha de clases se han convertido en una parodia de sí mismas: Toxo pidiendo la intervención de la OTAN en Siria, Pablo Iglesias abrazando a un tronco que le dice cosas al oído, Cañamero comparando el nacimiento de Podemos con el descubrimiento del fuego, Rita Maestre lanzándose puñales con Echenique vía Twitter, Alberto Garzón alabando a Soros «el filántropo anticapitalista» y llamando «carrillista» a todo el que lo critica desde la izquierda, Monedero diciendo que si Marx viviera hoy sería hacker y Lenin escucharía a Los Chikos del Maíz, Carmena lanzando soflamas en favor de la caridad cristiana, y Colau intentando convertir la prostitución en un trabajo como otro cualquiera.

El Coordinador Federal de Izquierda Unida, que fuera antaño el líder político más valorado, es hoy, seis meses después y tras la pérdida del patrocinio mediático, el cuarto, superado por Rivera, Rajoy y hasta por el líder la gestora del PSOE, y sólo Iglesias obtiene peores resultados.

El debate se traslada

Mientras que el entorno político de ciertos dirigentes de IU se lamenta por la victoria del legítimo gobierno sirio en Alepo, se manifiesta con banderas terroristas, y el candidato podemita Santiago Alba Rico sigue promocionando al imperialismo en Oriente Medio y el norte de África, el debate consciente de izquierdas se ha trasladado a otros frentes, sin una organización de referencia.

Hace escasas horas, un artículo en ElDiario.es firmado por la profesora de Estudios Árabes de la Universidad Autónoma de Madrid, Luz Gómez, recibía cientos y cientos de críticas de una izquierda huérfana de organización. La defensa del gobierno sirio frente a los planes injerencistas de Occidente no la está liderando ninguna organización política, lo está haciendo la vanguardia obrera de forma desorganizada.

El centenario de la Revolución Socialista de Octubre que desembocó en la creación de la Unión Soviética, es otro ejemplo más. Ha sido la Comisión Octubre, una iniciativa desde las bases de las organizaciones de izquierdas, la que ha lanzado una campaña para reivindicar el legado de la misma. No ha sido el PCE, quien está yendo a rebufo. De hecho, su Secretario General, José Luis Centella, llegando a unos niveles de cinismo impropios, llegó a calificar el trabajo de la comisión como «un acto fraccional junto a personajes expulsados de IU y del PCE, presentando una comisión dedicada a conmemorar el centenario de la revolución rusa, paralela a la aprobada y puesta en marcha por el PCE, confundiendo a la militancia y compartiendo mesa y mantel con quienes poco pueden aportar a referenciar los valores de la Revolución que dirigió Lenin«.

Suponemos que el «camarada» Centella, ve un aporte mucho mayor a los valores de la Revolución que dirigió Lenin, el cargar contra viejos cuadros comunistas, aliarse con la socialdemocracia y el trotskismo, laminar al sector leninista del PCE, y disolver de facto la única organización que formaba cuadros comunistas y defendía la lucha de clases.

La pérdida de discurso

Más allá de lo vergonzoso que resulta para un comunista compartir escaños con una organización cuyos representantes públicos dijeran de Fidel, «otro dictador que muere en la cama. Uno menos«, como hizo Juan Moreno Yagüe (diputado por Podemos en el Parlamento de Andalucía), o que «el reto ahora es la democratización de la isla» como asegurara Teresa Rodríguez, por no mencionar al exJemad Julio Rodríguez; hay un hecho objetivo, que todos los comunistas comprendemos, y que derrumba el principal argumento para la penosa unidad/sumisión de Izquierda Unida en Podemos:

Los fieles de Iglesias, Monedero y compañía, entre ellos muchos que militaban y militan aún en Izquierda Unida y el PCE, afirman una y otra vez, que la unidad con el partido morado es necesaria, para mejorar las condiciones de vida de la ciudadanía española. Sin embargo, como demuestra Grecia y su gobierno, aún tomando las instituciones del estado, es absolutamente imposible mejorar la vida de la clase trabajadora, sin una movilización masiva y una revolución que acabe con el sistema capitalista. Tsipras no sólo no ha nacionalizado las principales empresas griegas, si no que ha continuado por la senda de la privatización, incluso con el patrimonio que pertenece a todo el pueblo griego, como es el caso de las islas, ¿hay algún elemento objetivo que nos indique que Iglesias sería más revolucionario que Tsipras? obviamente no, lo que existe es justo lo contrario, pruebas y hechos que demuestran que Iglesias es aún más neoliberal que el Primer Ministro griego.

Hemos aniquilado unas siglas cargadas de historia, una organización que a duras penas y con su obvia lucha interna, seguía formando cuadros políticos socialistas, y la hemos sustituido por otra, que cuando la televisión deje de patrocinarla se diluirá como un azucarillo en un café, ya que Podemos, no tiene militantes conscientes que luchen por un ideal y la sostengan, si no que tiene liberados políticos y fans, que dejarán de serlo cuando pase la moda.

El fascismo que viene

Es una obviedad que cuando Podemos acabe de demostrar lo que es, y de paso se haya llevado por delante a la única izquierda consciente del país, con la complicidad de sus líderes, lo que está por venir es lo mismo que ya ocurre en otros muchos países: la vuelta del fascismo a la vieja Europa.

Quienes a día de hoy afirman que en España los fascistas ya están en el poder, cometen una verdadera temeridad. El Partido Popular no es fascista, es neoliberal, conservador y pro-occidental. El fascismo es el que va casa por casa sacando a los sindicalistas, comunistas y socialistas, y los asesina, el fascismo quema viva a la gente, fusila y monta campos de exterminio. Esto es algo que a día de hoy está ocurriendo en Ucrania, con el patrocinio de la Unión Europea por cierto, y que, si no lo remediamos, ocurrirá de nuevo en España y en toda Europa. Le Pen en Francia, Amanecer Dorado en Grecia, o Casa Pound en Italia, son sólo tres ejemplos de lo que está por venir.

El nuevo capitalismo

Ante la decadencia de la Unión Europea y Estados Unidos, algo que nacerá en España a medio plazo, y que a día de hoy los gurús ni lo esperan, es un partido de ideología capitalista y proteccionista, que se sitúe en el escenario global del lado de Rusia y China fundamentalmente.

Una organización del corte ideológico de Rusia Unida, antieuropeista, que critique abiertamente los horrores que Occidente ha generado en el mundo y el daño que desde Bruselas se le ha producido a España, pero que sin embargo no cuestione el modelo económico fundamental.

Un partido que reivindique la moneda propia, la peseta, la salida de la Unión Europea, y el proteccionismo al más puro estilo Trump amenazando a General Motors.

Este partido, que aún está por nacer, contaría con una amplia base social en España, y con una izquierda desaparecida que ha dejado de reivindicar hasta la salida de la UE, es lo más previsible.

De ahí que el Parlamento Europeo, el pasado mes de noviembre, aprobara una resolución sobre comunicaciones estratégicas de la UE, «para contrarrestar la propaganda de terceras partes», en la que se afirma que «Rusia lleva a cabo una propaganda hostil contra la Unión Europea, con el apoyo de medios de comunicación como Sputnik y el canal de televisión RT».

La necesaria organización obrera

Cuando pase la moda de Podemos y para ese entonces IU y el PCE estén disueltos ¿qué hacemos? Frente al asalto del trotskismo al poder, la clase obrera española sólo tiene un camino, organizarse. Hay varias vías para hacerlo: bien tomando el poder en el próximo Congreso Federal del PCE y desbancando a la actual dirección, bien creando una nueva organización política que aglutine a toda esa izquierda huérfana.

Por desgracia, parece que Izquierda Unida no tiene ya solución, su Coordinador General sólo ve dos alternativas, bien culminar la sumisión en Podemos si Vistalegre II la ganan los pablistas, bien creando «un nuevo sujeto político», de la mano de Iglesias, si es Errejón quien se lleva la partida.

Desde esa enorme cantidad de militantes de base que a día de hoy ya están trabajando para cambiar las cosas, como desde destacadas federaciones, y los innumerables militantes que se han marchado a su casa ante la deriva ideológica de la organización, nacerá o será reconstruida una nueva formación, cuando se haga demasiado evidente que el garzonismo no se desprenderá de las siglas de IU.

Esa nueva o retomada organización obrera, tendrá por delante grandes retos. El primero, obviamente, será su propia supervivencia y posterior posicionamiento, y el siguiente paso será, el establecimiento de un discurso claro, nítido, sin contradicciones, que abogue por la nacionalización de los principales sectores estratégicos, la salida de la Unión Europea, la lucha contra el desempleo, el trabajo precario y el modelo de sociedad patriarcal, y por supuesto, base su discurso en la sensatez, seriedad y solvencia, frente a la payasada y el circo permanente instalados en la mal llamada «nueva política».

Si la rueda la historia gira y seguirá girando hasta el triunfo definitivo del comunismo, toca tomar la iniciativa y comenzar la ofensiva.

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Editorial del diario LaRepublica.es.