Aún queda mucho verano por delante en las costas españolas, pese a que las lluvias y tormentas que asolan estos días a gran parte del país hagan pensar lo contrario. Es más, septiembre ofrece muchas oportunidades de encontrar buenos precios y buenas temperaturas para el turismo de sol y playa.
También es cierto, sin embargo, que el otoño se aproxima. La costa cederá protagonismo al interior y, dado que es recomendable reservar vacaciones y escapadas con bastante antelación, conviene ir pensando en hacerlo. Hoy día es fácil comparar y encontrar buenos precios en vuelos y hoteles a través de agencias de viajes que operan en la red como Muchoviaje.
Alicante es, precisamente, una de las provincias españolas que más turistas acoge en verano. Ha ostentado durante temporadas el título de provincia española con más banderas azules, repartidas en sus más de 200 kilómetros de aguas cristalinas y plácidas. Ejemplos de ello son Jávea, Elche, Villajoyosa, Denia, Calpe o la siempre abarrotada Benidorm.
Pero, además de ello, tiene ciudades y pueblos en el interior que también pueden hacer las delicias de cualquier visitante.
Jijona, encuentro con la tradición culinaria
Se trata de un pueblo tranquilo de poco más de 7.000 habitantes, donde respirar aire puro a solo 25 kilómetros de Alicante. Se sitúa en las faldas de la Peña Roja, luego hablamos entorno natural que se presta fácilmente a rutas otoñales. El paso natural del puerto de la Carrasqueta, el río Montnegre o los bosques de pinos dentro de su término componen parajes de lo más inspiradores.
Pero si algo se asocia Jijona es al turrón. El pueblo concentra un gran número de marcas y fábricas, con recetas que han ido pasando de generación y que destacan por la puesta en valor y cuidado de una materia prima que es sometida a procesos artesanales. Todo resulta en una calidad que hace apreciados sus helados en verano y sus turrones en invierno.
Por lo tanto, en las guías de turismo en Jijona, que proponen Qué ver o visitar en Jijona, siempre tiene un lugar destacado el turrón de Jijona.
Orihuela, patrimonio cultural y natural
El municipio también debería ser lugar de visita obligada en una ruta por el interior de la provincia alicantina. Su casco histórico, por ejemplo, ha sido declarado conjunto histórico-artístico y monumental.
Posee un exuberante patrimonio natural con mucho contraste, lo que tiene que ver con la amplitud de su término y, en gran medida, por el río Segura. De hecho, este permite que se desarrollen en la zona los cultivos de hortalizas, cítricos o algodón. La Huerta de Orihuela, que limita con la Huerta Murciana, es considerada única en el mundo. Cultivos que conviven con sistemas montañosas como la Sierra de Orihuela, la de Callosa de Segura y Redován, la de Hurchillo y otras tantas.
Su historia se remonta al Calcolítico, época de la que se han encontrado vestigios. Celtas, griegos, fenicios, cartagineses o romanos también han tenido presencia en su territorio.
El casco histórico posee edificios civiles y religiosos, como iglesias, monasterios o palacetes que, en algunos casos, han sido declarados como Bien de Interés Cultural (BIC). El Castillo de Orihuela, la Puerta de la Olma o de Elche o las murallas de la ciudad son algunas de las imprescindibles.
A poco más de media hora, además, se encuentran las playas del municipio, que también forman parte de su rico patrimonio.
Guadalest, entre los pueblos más bonitos de España
Es también un punto muy turístico del interior de la provincia de Alicante, que desde 1974 está declarado Conjunto Histórico-Artístico. El Castillo de San José, una fortaleza del siglo XI, que se erige sobre el valle de Guadalest proporcionando unas maravillosas vistas, es su monumento más señero.
Pero también forman parte del patrimonio del municipio el Castillo de Alcozaiba, la Casa Orduña, la Iglesia Parroquia o una antigua prisión del siglo XII, que se halla en los bajos del ayuntamiento.
A ello se unen los museos que conservan y divulgan su historia y sus costumbres, del Museo Municipal Casa Orduña a la colección de vehículos históricos Valle de Guadalest, junto al de Belenes y Casas de Muñecas, el de Instrumentos de Tortura, el de Microminiaturas o el de Saleros y Pimenteros.
Villena, historia viva
El centro histórico de Villena también fue declarado Conjunto Histórico-Artístico, en 1968. Su amalgama de monumentos está coronada por el majestuoso Castillo de la Atalaya, cuyos orígenes son árabes. También pertenece al municipio el Castillo de Salvatierra, que se construyó incluso antes, en el siglo X, sobre los restos de un poblado íbero.
El palacio municipal del siglo XVI, la iglesia arciprestal de Santiago Apóstol de estilo gótico-renancentista, la Iglesia de Santa maría, el Teatro Chapí o el Santuario de Nuestra Señora de las Virtudes también encierran la historia del municipio alicantino, uno más entre los mucho que merecen una visita.