El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha vinculado un ataque de incendios intencionados a una sinagoga en Australia con lo que él considera un «sentimiento anti-Israel» por parte del gobierno australiano. El ataque se produjo en la ciudad de Melbourne, cuando un grupo de encapuchados prendió fuego a la sinagoga antes del amanecer del viernes. Las autoridades locales continúan buscando a los responsables y aún no han determinado la razón detrás de este ataque.
Netanyahu, en un comunicado, expresó que «este acto atroz no puede separarse del sentimiento anti-Israel que emana del gobierno laborista australiano». En este contexto, citó la «decisión escandalosa» de Canberra al votar a favor de una resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas que pedía el fin de la «presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado». Según Netanyahu, «el sentimiento anti-Israel es antisemitismo».
Australia fue uno de los 157 países que apoyaron esta resolución el pasado 3 de diciembre, después de haber optado por la abstención en una votación similar en septiembre. El ataque a la sinagoga, que causó daños significativos en el edificio, no dejó heridos graves, ya que los congregantes apenas comenzaban a reunirse para las oraciones de la mañana en el momento del incidente.
El primer ministro australiano, Anthony Albanese, condenó el ataque y afirmó que la policía federal colaborará con las autoridades estatales en la investigación. Albanese expresó su «cero tolerancia» hacia el antisemitismo, calificando el ataque como «una violencia, intimidación y destrucción en un lugar de culto que es un escándalo».
Netanyahu, por su parte, describió el ataque como «un acto vil y clásico de antisemitismo», y pidió que las autoridades australianas utilicen todos los recursos a su disposición para prevenir futuros ataques de esta naturaleza.