El colapso del régimen de Assad: Siria al borde del caos tras su caída

In Internacional
diciembre 09, 2024

La reciente caída del régimen de Bashar al-Assad en Siria ha generado un gran revuelo en el ámbito internacional, aunque muchos analistas han pasado por alto las complejidades que han llevado a este desenlace. El 27 de noviembre, el grupo armado Hayat Tahrir al-Sham (HTS) y el Ejército Nacional Sirio (SNA), respaldado por Turquía, lanzaron una ofensiva sorpresiva en Aleppo, que culminó con la captura de la ciudad. En los días siguientes, el ejército oficial sirio se retiró de Hama, y las células rebeldes en el sur y sureste del país se levantaron, asestando un golpe final al régimen de Assad.

La rapidez de este colapso invita a comparaciones con la caída del gobierno de Ashraf Ghani en Afganistán, aunque la situación en Siria es notablemente más compleja. A diferencia de Ghani, cuya debilidad era evidente, Assad había sido percibido como una figura dominante en el país, lo que hace que su caída sea aún más sorprendente.

La crisis en Siria no es nueva. Durante años, el país ha estado sumido en una crisis humanitaria y económica, con un 90% de la población viviendo en la pobreza. Las familias se ven obligadas a endeudarse para poder comprar alimentos, y las interrupciones en el suministro eléctrico han dejado a la capital, Damasco, a oscuras durante hasta 20 horas al día. La inflación de los precios de la electricidad ha alcanzado cifras alarmantes, lo que ha empujado a la población a una desesperación aún mayor.

El gobierno de Assad no ha ofrecido soluciones efectivas, sino que ha optado por una creciente represión. Las sanciones internacionales han asfixiado a Damasco, impidiendo que el país obtenga préstamos extranjeros, mientras que los campos petroleros están bajo control de fuerzas kurdas respaldadas por Estados Unidos. La economía siria ha sido despojada de sus recursos, y el comercio ilícito, que alguna vez fue un salvavidas, ha beneficiado a señores de la guerra y traficantes, dejando al Estado sin ingresos significativos.

La situación del ejército sirio es igualmente preocupante. Años de guerra han dejado a las fuerzas armadas desmoralizadas y mal pagadas, y aunque en un momento los grupos iraníes como Hezbollah ofrecieron apoyo, su atención se ha desviado hacia otros frentes, como el conflicto con Israel. Los intentos de Rusia de involucrarse más en el conflicto sirio han fracasado, ya que Moscú se encuentra centrado en otros asuntos geopolíticos.

El futuro incierto de Siria

La caída de Assad deja a Siria en una encrucijada peligrosa. HTS ya ha comenzado a reclamar el poder, con la intención de establecer un control similar al de los talibanes en Afganistán, respaldados por Turquía. Sin embargo, Siria es un mosaico de facciones hostiles, muchas de las cuales tienen rencores históricos. El SNA y HTS, a pesar de su apoyo mutuo, han competido previamente por la dominación en Idlib. Además, los kurdos en el noreste, los alauitas en la costa, los drusos en el sur y diversas facciones respaldadas por Estados Unidos en el sureste complican aún más el panorama.

La posibilidad de que Siria siga el camino de Libia tras la caída de Gadafi es alarmante: un estado fallido fracturado en zonas de influencia, gobernado por señores de la guerra y proxies extranjeros. Este escenario no solo sería desastroso para los sirios, sino que también tendría repercusiones significativas para toda la región del Medio Oriente.

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